NO TE ALEJES DEL CAMINO

Jesús le contesto: “Yo soy el camino, la verdad y la vida” (Juan 14,6)
La niña Carlita se alistaba para ir a la feria y al parque de diversiones acompañado de su papa, su mama no podía acompañarlos porque estaba delicada de salud. Al momento de salir de su casa la madre aconseja a su pequeña:
“Cuando estés  en el parque recuerda que hay mucha gente, por ello te vas a agarrar con firmeza de la mano de tu papa. No te olvides al llegar te aferras a la mano de tu papa”
La niña sonriendo le dice: “No te preocupes mama, mi papa ya está muy grande para que se pierda,  si no le agarro su mano yo creo que esta grandecito para que se pierda
Cuando llegamos al mundo, cuando comenzamos a caminar por la vida se nos da la advertencia de no soltarnos de la mano de nuestro creador,  somos demasiado frágiles, somos vulnerables a la tentación, somos tan propensos a pecar que la advertencia de nuestro Señor siempre será: “No te sueltes de mi mano”  “No te alejes de mi” de hacerlo te perderás por lugares de tinieblas y muerte, es la advertencia constante de nuestro creador.  Pero muchos reaccionamos como la niña. Nos creemos los niños grandes, creemos que el tener dinero, el tener una casa, el tener una profesión, el tener  todo lo material para sobrevivir nos hace grandes y que ya no necesitamos de la ayuda de nadie, menos aún la de Dios.   En la feria de la vida, muchas son las atracciones, muchos son los dulces y caramelos que el mundo nos ofrece a cambio de soltarnos y alejarnos de Dios.
“Hay caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte” (Proverbios 16,25) 
 Vivir a nuestra manera,  caminar lejos de la mano de Dios nos llevara por caminos que conducen a la muerte.
En la vida no debemos tomar más que un solo camino, tenemos que agarrarnos con firmeza de aquel que dijo: “Yo soy el camino” Jesucristo  quiere tomarnos de la mano, Él sabe que somos ovejas descarriadas, ovejas que van sin rumbo, por ello el quiere ser nuestro buen pastor, y como buen pastor el da la vida por sus ovejas (Juan 10,11)
Si quieres evitar dolores y sufrimientos inútiles, agárrate de la mano de Cristo
Si estas sufriendo por tus malas decisiones, si sufres por el pecado, si sufres por vivir tu vida sin Cristo, aun tienes la oportunidad de agarrarte de  su mano.
Oremos pidiendo auxilio y ayuda:
Señor en este día me encuentro perdido, el pecado y mis errores han provocado que me haya soltado de tu mano, he caído en el pozo mortal, me encuentro en este momento en el precipicio y oscuridad, vivo mi vida aquejado y adolorido por mis malas decisiones, Señor hoy pido e imploro tu misericordia, hoy Señor busco tu mano, hoy Señor quiero aferrarme firmemente de tu mano, Señor por favor tómame, sácame de donde estoy, toma mi mano Señor, devuélveme el gozo de la salvación, Señor regálame un canto nuevo, una vida nueva, Señor gracias por tomarme de la mano, a partir de hoy prometo no soltarme más, quiero caminar agarrado de ti, por el camino que conduce a la vida eterna. 
 Amen

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