PROMESAS y PROMESAS...

Se cuenta que un avión,   en pleno vuelo entra en una zona de turbulencia. Un hombre que viajaba en avión por  primera vez entra en pánico y comienza a orar:
 “Dios mío, yo soy rico. Si permites que este avión aterrice sin contratiempos, te daré la mitad de todos mis bienes”.  Paso la zona de turbulencia, el avión aterriza  y aquel hombre fue el primero en bajarse. Ya en la sala del aeropuerto, un sacerdote  le da una palmada en el hombro y le dice: Señor, yo venía en el avión cerca de usted y oí por casualidad su plegaria. Soy sacerdote, y estoy aquí para cobrar lo que le ofreció a Dios. El temeroso y dadivoso ante el temor dice: “Ya le hice a Dios una mejor oferta padre, le dije que si vuelve a sorprenderme en un avion, se puede quedar con todo”…

Promesas y promesas las hacemos cuando estamos en peligro, cuando llegan las dificultades, cuando parece no haber salida a nuestros problemas invocamos a Dios, suplicamos por el milagro.
-Prometemos arrepentirnos,
-Proponemos cambiar de vida
-Ofrecemos tiempo y dinero para la iglesia
-Nos comprometemos e incluso hacemos pactos
Pero, pero y mas pero, paso el problema, paso el sufrimiento, paso la tribulación y nos olvidamos de las promesas y pactos.
Estimado amigo (a) que lees esta reflexión, acuérdate siempre de tu creador. Recuerda que un DIA Él te ayudó,  te auxilió, vino en tu socorro. Cuando estabas en problemas, deprimido; cuando ya no había ninguna salida, Jesucristo vino, te ayudo, te dio una nueva vida, te sacó del fango. No tienes por qué olvidarte en ningún momento, “NO PUEDES VIVIR SIN EL”. Si lo haces, nada raro que en cualquier momento nuevamente estés pidiendo  y haciendo promesas y más promesas.
Oración:
 Señor,  muchas veces tú me ayudaste, me sacaste del peligro, me liberaste de la muerte. Señor, muchas, innumerables veces contestases mis suplicas, pero he cometido el error de olvidarme de todo lo que tú has hecho por mí. Cuando todo iba bien en mi vida, yo me he olvidado de ti, me aleje de ti, me ausente de la iglesia.   Pero nuevamente estoy aquí señor, en peligro, estoy en problemas, en dificultades tú conoces más que yo la debilidad que tengo. Señor en el nombre de Jesús te suplico, te imploro, nuevamente, regálame Señor una nueva oportunidad, dame fuerzas para seguir. ¡AYUDAME! ¡LEVANTAME! ¡SANAME SEÑOR!. Gracias Padre porque sé que tú me amas, porque creo  que hoy empezaré una nueva vida. Tengo fe que me darás un canto nuevo, para alabarte y servirte hoy, mañana y por toda la eternidad Gracias Padre, Gracias Hijo, Gracias Espíritu Santo. Amen.



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