HAY QUE LLEGAR A LA META

Hace unos años (2009) en el maratón de Detroit fallecieron tres corredores de 26,36 y 65 años. Daniel Langdon (36 años) murió en el km 17, Ricky Browv (65) lo hizo cerca de llegar a la meta, y Jon Fenlon (26) murió tras CRUZAR LA META…
Esta noticia trágica del deporte nos deja una gran enseñanza para nuestra vida de fe, más que una enseñanza nos deja varias preguntas: 
¿Yo abandonare esta carrera de fe?
¿Seremos de los que mueren antes de llegar a la meta?
¿Quién de nosotros llegara a la meta?
Tú como corredor de este maratón de la vida, quizás en este momento te encuentres abatido, cansado, la fatiga y el dolor amenazan tu carrera de Fe, El fracaso y la desilusión quieren hacerte abandonar este maratón de la fe. Si estas en medio de la carrera y sientes que ya no puedes seguir adelante, yo te animo en nombre del Señor a que no te des por vencido, ¡No abandones!, ¡sigue adelante! ¡Sigue corriendo! No agaches la cabeza, mira hacia adelante y descubrirás que hay alguien esperándote para darte el premio. En este momento de fatiga y cansancio detengámonos un momento, leamos y aprendamos los consejos para llegar a la meta: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12,1b-2)
San pablo uno de los ganadores del “Maratón de la fe” nos aconseja: “Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante”,
¡Animo! ¡Fuerza! Mi amigo y hermano en la fe,
-Que el fracaso no te detenga
-Que la tristeza y el dolor no logren frenar tu carrera
-Que el sufrimiento y los problemas no te hagan abandonar, sigue adelante, sigamos corriendo este maratón de la fe, TENEMOS QUE LLEGAR A LA META, y ALCANZAR EL PREMIO: “LA VIDA ETERNA”…
Amen



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