Esta noticia trágica del deporte nos deja una gran enseñanza para nuestra vida de fe, más que una enseñanza nos deja varias preguntas:
¿Yo abandonare esta carrera de fe?
¿Seremos de los que mueren antes de llegar a la meta?
¿Quién de nosotros llegara a la meta?
Tú como corredor de este maratón de la vida, quizás en este momento te encuentres abatido, cansado, la fatiga y el dolor amenazan tu carrera de Fe, El fracaso y la desilusión quieren hacerte abandonar este maratón de la fe. Si estas en medio de la carrera y sientes que ya no puedes seguir adelante, yo te animo en nombre del Señor a que no te des por vencido, ¡No abandones!, ¡sigue adelante! ¡Sigue corriendo! No agaches la cabeza, mira hacia adelante y descubrirás que hay alguien esperándote para darte el premio. En este momento de fatiga y cansancio detengámonos un momento, leamos y aprendamos los consejos para llegar a la meta: “Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe” (Hebreos 12,1b-2)
San pablo uno de los ganadores del “Maratón de la fe” nos aconseja: “Hermanos, no digo que yo mismo ya lo haya alcanzado; lo que sí hago es olvidarme de lo que queda atrás y esforzarme por alcanzar lo que está delante”,
¡Animo! ¡Fuerza! Mi amigo y hermano en la fe,
-Que el fracaso no te detenga
-Que la tristeza y el dolor no logren frenar tu carrera
-Que el sufrimiento y los problemas no te hagan abandonar, sigue adelante, sigamos corriendo este maratón de la fe, TENEMOS QUE LLEGAR A LA META, y ALCANZAR EL PREMIO: “LA VIDA ETERNA”…
Amen
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