2da Corintios 4,8 “Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos estamos entre problemas pero no desesperados”
Nacho quería ser “boxeador” para ello se inscribe en el gimnasio mas próximo a su domicilio.
En el gimnasio el instructor le indica que sus clases durarían 7 semanas.
El lunes, Nacho empieza sus clases para aprender a boxear, en el gimnasio también se encontraban otros pugilistas, que le aventajaban con varias semanas de adiestramiento.
Por la mañana empieza la primera lección que resulto ser solo teoría.
Por la tarde prosigue la segunda lección, ahora ya no es solo letra, es tiempo de las clases practicas es tiempo de la acción, el joven aprendiz tendría que poner en practica lo aprendido en teoría, tendría que pelear. Pero luego de diez minutos de combate, nuestro aprendiz de boxeo cae al suelo herido y golpeado. El instructor le indica que después de ese “pequeño combate” terminaban sus lecciones, ese día.
Cuando se retiraba Nacho pregunta a su profesor:
¿Cuántas clases más me faltan?
41 indica el instructor.
¡Qué! Replica asombrado nuestro novato boxeador. Y termina con una nueva pregunta:
¿Profesor y esas 41 lecciones restantes no las puedo aprender a la distancia por correspondencia…?
Las lecciones que nos enseña la vida es que nosotros no podemos aprender a pelear a la distancia, no podemos aprender a luchar por correspondencia.
Usted tiene que aprender sus lecciones, usted tiene que pelear todos los días. Ante la eventualidad de un problema, ante la inminente llegada de alguna dificultad tenemos que luchar para buscar alguna salida, hay que batallar y pelear todos los días.
Algunas veces los golpes duelen, otras veces el luchar, provocara heridas en nuestro interior.
A veces nos cansamos de pelear y quizás nos preguntamos:
¿Por qué?
¿Dios mió por que este sufrimiento?
He aprendido después de muchas peleas, penas y sufrimientos a dejar de preguntar ¿Por qué? Ahora cuando tengo que hacer frente algún problema o dificultad pregunto:
¿Para que? ¿Para que Dios permitirá esta prueba?
Dios no causó su problema, pero Dios puede usar su problema. Con la ayuda de Dios usted podrá sacar una victoria de sus peleas, un triunfo en todos sus problemas.
Como hijos de Dios, estamos llamados todos los días a enfrentar duras batallas y a pelear el combate de la fe, un “pugilista” Cristiano tiene que decir:
“Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos estamos entre problemas pero no desesperados” (2da Corintios 4,8)
“Incluso no nos acobardamos en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza, (Romanos 5,3-4)
Por lo tanto, levanten las manos caídas y fortalezcan las rodillas que tiemblan (Hebreos 12,12) y ahora con valentía a PELEAR y a terminar el combate de la FE.
En este momento a Dios le pedimos, por medio de su Hijo Jesucristo, que El fuego del Espíritu Santo sea derramado en nuestros corazones, que su Poder nos de FUERZA Y VALOR. Para terminar con un TRIUNFO este combate de la FE
Nacho quería ser “boxeador” para ello se inscribe en el gimnasio mas próximo a su domicilio.
En el gimnasio el instructor le indica que sus clases durarían 7 semanas.
El lunes, Nacho empieza sus clases para aprender a boxear, en el gimnasio también se encontraban otros pugilistas, que le aventajaban con varias semanas de adiestramiento.
Por la mañana empieza la primera lección que resulto ser solo teoría.
Por la tarde prosigue la segunda lección, ahora ya no es solo letra, es tiempo de las clases practicas es tiempo de la acción, el joven aprendiz tendría que poner en practica lo aprendido en teoría, tendría que pelear. Pero luego de diez minutos de combate, nuestro aprendiz de boxeo cae al suelo herido y golpeado. El instructor le indica que después de ese “pequeño combate” terminaban sus lecciones, ese día.
Cuando se retiraba Nacho pregunta a su profesor:
¿Cuántas clases más me faltan?
41 indica el instructor.
¡Qué! Replica asombrado nuestro novato boxeador. Y termina con una nueva pregunta:
¿Profesor y esas 41 lecciones restantes no las puedo aprender a la distancia por correspondencia…?
Las lecciones que nos enseña la vida es que nosotros no podemos aprender a pelear a la distancia, no podemos aprender a luchar por correspondencia.
Usted tiene que aprender sus lecciones, usted tiene que pelear todos los días. Ante la eventualidad de un problema, ante la inminente llegada de alguna dificultad tenemos que luchar para buscar alguna salida, hay que batallar y pelear todos los días.
Algunas veces los golpes duelen, otras veces el luchar, provocara heridas en nuestro interior.
A veces nos cansamos de pelear y quizás nos preguntamos:
¿Por qué?
¿Dios mió por que este sufrimiento?
He aprendido después de muchas peleas, penas y sufrimientos a dejar de preguntar ¿Por qué? Ahora cuando tengo que hacer frente algún problema o dificultad pregunto:
¿Para que? ¿Para que Dios permitirá esta prueba?
Dios no causó su problema, pero Dios puede usar su problema. Con la ayuda de Dios usted podrá sacar una victoria de sus peleas, un triunfo en todos sus problemas.
Como hijos de Dios, estamos llamados todos los días a enfrentar duras batallas y a pelear el combate de la fe, un “pugilista” Cristiano tiene que decir:
“Nos sobrevienen pruebas de toda clase, pero no nos desanimamos estamos entre problemas pero no desesperados” (2da Corintios 4,8)
“Incluso no nos acobardamos en las tribulaciones, sabiendo que la prueba ejercita la paciencia, que la paciencia nos hace madurar y que la madurez aviva la esperanza, (Romanos 5,3-4)
Por lo tanto, levanten las manos caídas y fortalezcan las rodillas que tiemblan (Hebreos 12,12) y ahora con valentía a PELEAR y a terminar el combate de la FE.
En este momento a Dios le pedimos, por medio de su Hijo Jesucristo, que El fuego del Espíritu Santo sea derramado en nuestros corazones, que su Poder nos de FUERZA Y VALOR. Para terminar con un TRIUNFO este combate de la FE
Amen
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