Apocalipsis 2,2-4 Yo se todo lo que haces, conozco
tu duro trabajo y tu constancia, y sé que no puedes soportar a los malos. También
sé que has puesto a prueba a los que dicen ser apóstoles y no lo son y haz
descubierto que son mentirosos. Has sido constante y has sufrido mucho por mi
causa sin cansarte. Pero tengo una cosa contra ti que ya no tienes el mismo amor que al
principio…
Faltaba una semana para que Lidubino y Lidubina
cumplan 25 años de casados. Ella esperaba esa fecha con ansias, a tal punto que
un mes antes comenta a su amado:
“El próximo mes cumplimos nuestras bodas de plata”
-Lidubino muy serio comenta: “Y me lo tenías que
recordar”.
-Ella aun entusiasmada dice: “Pensé que te podías olvidar”.
-Hum como me voy a olvidar algo así, comenta su
amado Lidubino.
Entonces ella dice y que te parece si tenemos una
segunda luna de miel?
-Asombrado el esposo comenta: ¿Segunda luna de
miel? Y que de malo tuvo la primera para volverla a repetir…
Hoy por hoy más de uno de nosotros necesitamos de
una “segunda luna de miel espiritual”
Sacerdotes, diáconos, religiosas, Servidores
necesitan de un “volver volver” a enamorarse de Dios.
Claramente el Señor nos dice en su palabra que por más
que trabajamos, a pesar que no soportamos la maldad, aunque seamos constantes y
aunque hayamos sufrido, pasado pruebas y tribulaciones él tiene algo en contra
de nosotros: “YA NO TENEMOS EL MISMO AMOR QUE AL PRINCIPIO”…
Quizás nuestro amor por el Reino se ha vuelto una
rutina.
-Hacemos el servicio
ya solo por cumplir
-Se nota claramente que a los líderes y servidores
nos está faltando la pasión, ya no tenemos el entusiasmo del comienzo, nos está faltando esa chispa que encienda
nuestros corazones y nos mueva. Hoy es tiempo para volver a empezar, es momento
de comenzar una nueva relación con Dios,
es momento oportuno para cantarle con emoción: “Y volver volver a enamorarme otra
vez” de ti mi Señor, de ti mi Dios y Creador”.
Mateo 22,37 Jesús le dijo: “Ama al Señor tu Dios con todo tu
corazón, con toda tu alma y con toda tu mente”
Oración: Señor hoy reconozco que he perdido el amor del
principio, Señor me doy cuenta que las cosas materiales y los placeres pasajeros han apagado el fuego del Espiritu Santo en mi
vida. Hoy Señor me doy cuenta que estoy haciendo mi
labor de evangelización solo por rutina, solo por cumplir. Señor hoy te pido perdón, pido tu ayuda, Aquí
estoy Señor dispuesto a volver a empezar, dispuesto a comenzar una “segunda
luna de miel” Derrama en este momento tu Espíritu Santo, Ven Espíritu Santo, ven a mi iluminar mi vida, Ven
a incendiar de amor mi corazón, Haz que pueda arder de amor, que pueda
enamorarme día a día de Ti mi Dios. Señor hoy también te pedimos por todos los
sacerdotes religiosas líderes y servidores que necesitan una segunda luna de
miel, que todos tus servidores puedan experimentar un “Nuevo Pentecostés” Gracias Amado Señor porque a partir de hoy
comenzamos una “SEGUNDA LUNA DE MIEL”.
Amen
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