SIGUE CORRIENDO


¿Estás cansado de los problemas?
¿El sufrimiento reina en tu vida?
¿Sientes que tus fuerzas se han terminado?
Muchas veces en la vida nos encontramos exhaustos de tanto luchar, y más de uno optamos por bajar los brazos, nos rendimos y permitimos que el pesimismo y la derrota lleguen a nuestra vida y espíritu.
¡Animo! Mi amigo, sigue adelante: “No bajes los brazos” “no te canses de luchar” La bendición de Dios está más cerca de lo que tú crees. A partir de hoy no luches solo, invita  a Cristo a tu vida.
La vida es como una carrera tiene un principio (cuando nacemos) y tiene un final (cuando morimos). En esta carrera hay muchos que se rinden y abandonan antes de llegar a la meta.
Hace un tiempo atrás, en el maratón de Philadelphia  dos corredores murieron, lo curioso de estas muertes es que  uno murió en la mitad de la carrera y el otro murió después de haber cruzado la meta.
¿Tú quieres morir en medio de la carrera?
¿O quieres morir al llegar a la meta? De esta carrera de la vida
Pidamos en este día la gracia de poder seguir luchando a pesar de las circunstancias adversas
Sigamos corriendo a pesar del dolor y sufrimiento
Pidamos  a Dios  poder terminar “la carrera  de la fe”,   que cuando nos llegue la hora de la muerte hayamos podido llegar a la meta y obtener  la vida eterna.
Al final de nuestra vida, que podamos decir como San Pablo:
He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida”. (2da Timoteo 4,7-8)


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