
-¿Qué le pasa hermano? ¿Por qué ese rostro?
Lidubino asustado responde: “Es que estoy pasando por una gran
tentación”
El padrecito al conocer de la gran tentación del feligrés le
dice: “Pase Lidubino entre a la parroquia y póngase a orar, estoy seguro que orando dentro de la iglesia,
en muy poco tiempo se le ira la tentación…”
Pasaron 30 minutos y efectivamente el atribulado hombre
después de orar cambio de rostro, atrás quedo el nerviosismo y la preocupación,
por tanto se dispone abandonar la iglesia,
el padrecito al verlo le pregunta: ¿se fue la tentación?
-¡Si! Responde alegre el feligrés, ¡se fue la tentación que tenía!
El sacerdote movido por la curiosidad pregunta: ¿Puedo saber
cuál era la tentación que lo atormentaba?
-Lidubino sin dejar de sonreír dice: “Lo que pasa es que
cuando pasaba por la iglesia me entro la tentación de dar 100 $Us como ayuda para
la construcción del nuevo templo… (Cualquier parecido con nuestra vida es solo
coincidencia)
Cuántas veces hemos tenido la tentación de ayudar con dinero
o tiempo para nuestra parroquia o comunidad, muchas veces se nos ha pasado por
la mente ayudar a los pobres y necesitados,
pero lo triste de todo ello, es que solo quedo en tentación, ayudar a
los demás solo quedo en proyecto.
“Con este ejemplo les he enseñado claramente que deben trabajar duro
para ayudar a los débiles. Recuerden las palabras del Señor Jesús: “Hay mayor
felicidad en dar que recibir” (Hechos 20,35)
Cada
uno de según lo que decidió personalmente, y no de mala gana o a la fuerza,
pues Dios ama al que da con corazón alegre”. (2da Corintios 9,7)
Si tienes la tentación
de ayudar al pobre y necesitado ¡aprisa pon por obra esa tentación!
Entro a tu mente el
pensamiento o la tentación de apoyar a tu parroquia: ¡adelante! ¡Hazlo rápido! Antes
de que se te vaya la tentación…
Si te llega la tentación de ayudar y apoyar
nuestro ministerio: "Mensaje con Poder" escríbenos a:
mensajeconpoder@yahoo.es (antes que se
te vaya la tentación…)
Enterremos el antiguo refrán que conocemos: “Hay que dar
hasta que nos duela” El nuevo refrán
tiene que decir: “Hay que dar hasta estar alegres”
Nunc olvidemos que hay mayor alegría y felicidad en dar
antes que Recibir.
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