Dos amigos se
encuentran:
¡Hola! ¿Dónde vas tan aprisa?, pregunta
Pompilio.
Lidubino con rapidez
responde:
Voy al banco a solicitar un crédito, voy a
pedir un préstamo
¿Y para qué? Pregunta el amigo de Lidubino, si
tienes un buen sueldo una buena casa, un buen auto, en fin no te hace falta
nada.
- Te equivocas dice Lidubino,
¡me falta algo!,
No me digas dice
asombrado Pompilio y vuelve a preguntar: ¿qué cosa te falta?
Lidubino responde
sonriendo: Me falta endeudarme.
Que similar a lo que
pasa con nuestra vida espiritual, con el bautismo la deuda del pecado original que teníamos queda borrada
y cancelada. A partir del bautismo, Dios
que es rico en bondad y misericordia nos
regaló todo lo necesario para ser
felices, pero nosotros no conformes con lo recibido, buscamos pretextos,
buscamos excusas para volver a endeudarnos.
Cuantos hoy nos encontramos en una situación crítica, Cuantos nos encontramos nuevamente llenos de
deudas espirituales, es decir hemos pecado, y por tanto nuestra alma se
encuentra llena de pecados de toda índole.
Este tiempo especial
que vivimos es propicio para pagar esta deuda espiritual.
Un momento ¿dije
pagar? La deuda del pecado no es como
las deudas financieras, que se puedan pagar.
Si Ud. tiene un crédito, si Ud. debe al banco, puede trabajar y
esforzarse para pagar esta deuda. No
sucede lo mismo con la deuda del pecado, si Usted cometió el error de pecar, si
Ud. por las malas decisiones que lo llevaron a las malas acciones, se equivocó
y esta con deudas espirituales, hay una mala noticia para usted: ¿No puede
pagar esta deuda?
Al conocer que no
podemos pagar la deuda del pecado La
frase que brotara de nuestros labios es:
¡Oh y ahora quien podrá pagar mi deuda!
No pierda la
esperanza, no se desanime, no se deprima: ¡Hay una buena noticia! Hay alguien que ya pago toda la deuda del
pecado, Hay alguien que ya pago su deuda. Preste atención la Buena Noticia es
que hay alguien que sí puede pagar, hay alguien que incluso ya pagó la deuda por
nosotros. Lea con atención el siguiente pasaje de la escritura. Colosenses
2,13-14 “Ustedes en otro tiempo, estaban muertos espiritualmente a causa de sus
pecados y por no haber sido circuncidados; pero ahora Dios les ha dado vida
juntamente con Cristo, en quien nos ha perdonado todos los pecados. Dios
canceló la deuda que había contra nosotros y que nos obligaba con sus
requisitos legales. Él Puso fin a esa deuda clavándola en la cruz.”
El salario del Pecado
es la muerte, pero el regalo de Dios, lo grandioso de nuestro amado Dios, es
que al vernos como ovejas llevados al matadero, envió a su hijo Jesucristo,
para que el pagara nuestra deuda. Me lleno de alegría, cada vez que leo Col
2,14 “Dios canceló la deuda que había contra nosotros y que nos obligaba con
sus requisitos legales. Puso fin a esa deuda clavándola en la cruz.”
Unidos a su hijo
Jesucristo, Dios pone en nuestra factura espiritual: -¡CANCELADO! ¡PAGADO!
¡Gloria a Él!
Jesucristo pagó
nuestra deuda con el sacrificio en la Cruz. Él nos dice, Arrepiéntanse y dejen
de sufrir, dejen de angustiarse.
Agustín, no debes
nada.
Tomas, no debes nada.
Catalina no debes
nada.
Cecilia no debes
nada. Todo está cancelado, todo está pagado. Mira hacia el calvario, mira hacia
la cruz, los clavos que traspasan mis manos, escriben con sangre: PAGADO,
CANCELADO.
¿Quieres que se
cumpla esto?
Pide perdón a Dios
por todas tus faltas, Arrepiéntete, (Hechos 2,38) ama a Dios por sobre todas
las cosas, acércate a Él. Acércate a la cruz, y recoge tu factura que dice
desde hace mucho tiempo ¡PAGADO, CANCELADO!
I
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