Un mendigo pedía limosna, una mujer que pasaba le da varias monedas, el mendigo agradecido dice “que Dios se lo pague”, otro hombre pasa con un amigo, uno de ellos le da el mendigo vuelve agradecer: Gracias Señor “que Dios se lo pague” de nada buen hombre, este le dice a su amigo que era avaro y tacaño: “no vas a darle nada”, el mezquino se excusa: No porque este dice a todo el que le da: que “Dios se lo pague ¿Y si no voy al cielo?...
Cuando vemos las estadísticas de la pobreza en el mundo, 700 millones de personas viven en la extrema pobreza. Cuando veo todas las carencias que padecen todas estas personas, comprendo que yo y todos los que nos consideramos Cristianos o seguidores de Cristo tenemos una gran, pero gran misión poner en práctica los verbos DAR y COMPARTIR.
-Cuando un pobre recibe alimentos, cuando un pobre recibe una limosna se alegra y es feliz
-Lo mismo sucederá con la persona que comparte sus bienes con los más necesitados, será feliz, porque se cumplirá lo que dice la escritura: “Hay mayor alegría en dar que en recibir. (Hechos 20,35).
La crisis económica en tu país y en el mundo quizás Dios la permite para que los que tienen puedan compartir con los que padecen hambre. Como Cristianos tenemos un gran desafío todos los días compartir con el pobre y necesitado.
Además si quieres sentirte amado, si quieres alcanzar la misericordia de Dios, tienes que dar y dar pero no lo hagas por cumplir, cuando des hazlo con alegría y entusiasmo porque: "DIOS AMA AL QUE DA CON ALEGRIA". (2da Corintios 9,7)
Amen.
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