Lidubino
se presenta como voluntario para ir a la guerra.
El
Doctor del ejército le dice: Habrá que realizarle primero un chequeo medico
Luego
de la revisión médica Lidubino impaciente pregunta:
¿Dígame
doctor estoy apto para ir a la guerra?
No,
usted no es apto para ir a la guerra
Asombrado
el aspirante a soldado pregunta: ¿Por qué no?
Según
los exámenes que le practicaron a Ud. le queda poco tiempo de vida.
Decidido
Lidubino comenta: Oiga, ¿buscan voluntarios para vivir por la patria o morir
por ella…?
Desde
que llegamos al mundo, al ser bautizados comenzamos a librar lo que podemos
denominar: “una guerra espiritual”
Al
ser confirmados en la fe, somos llamados a ser “soldados de Cristo”
Como soldados del Señor nuestra misios es “pelear
la batalla de la fe” para así conquistar la vida eterna.
“Pelea la buena batalla de la fe; no dejes
escapar la vida eterna, pues para eso te llamó Dios” (1ra Timoteo 6,12)
Muchas personas en este mundo pelean y luchan por
causas ajenas a la fe, sus luchas son meramente terrenales.
Como soldados de Cristo nuestra pelea y lucha
debe ser intensa y sacrificada porque nuestra causa es gloriosa: “ALCANZAR LA
VIDA ETERNA”
El combate de la fe es difícil y sufrido, en esta
batalla recibimos hartas balas de los enemigos de la fe, al quedar heridos muchos tenemos miedo seguir luchando
Animo mi amigo y compañero de batalla, aunque estés
herido, a pesar de las fatigas y cansancio de esta lucha, hay que seguir
peleando la “BUENA BATALLA DE LA FE”.
Pidamos a Dios la gracia de que al final de
nuestra vida podamos repetir las palabras del apóstol Pablo:
“He peleado la buena batalla, he terminado la
carrera, he guardado la fe”. (2da Timoteo 4,7)
Amen
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