Maestro, ¿Cuál es el mandamiento más importante de la ley?
Jesús le dijo: - Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Y el segundo es parecido a éste; dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos son la base de toda la ley y de las enseñanzas de los profetas. (San Mateo 22,36-40)
Un matrimonio estaba mirando su telenovela favorita. Estaban pasando las escenas más tiernas y románticas de la telenovela, donde el novio muy romántico le decía a su prometida lo mucho que la amaba. ¡Te quiero, te amo, te necesito, eres la más dulce, eres mi estrella, mi cielo, mi constelación, meteorito, pequeña galaxia!, etc., etc.
La esposa que bordeaba los 79 años de vida, refiriéndose y comentando la escena de la telenovela, le dice a su esposo de 85 años:
-Recuerdas viejito cuanto tú también me decías que me amabas,
-Recuerdas viejito, cuando eras tierno y cariñoso
-Recuerdas viejito, cuando me besabas.
-Recuerdas viejito, cuando me mordías la orejita. Nostalgias tengo de aquellas caricias con tus dientes, recuerdo con mucho anhelo, tus dientes haciéndome cosquillitas en la oreja.
El “viejito” al escuchar a su querida “viejita” sale apresuradamente, se diría, que sale casi corriendo .A los 30 minutos regresa ansioso. Su esposa le reclama:
-Por que te fuiste ¡Mi amor!, te perdiste el final de la telenovela. ¿Por qué saliste tan apurado? ¿Dónde fuiste?...
El viejito lleno de emoción y alegría responde:
-¡Mi vida! Como tu estabas tan emocionada recordando aquellos tiempos cuando yo te hacia caricias con mis dientes, fui al dentista, a recoger los “dientes postizos” que me estaba haciendo. Vi conveniente que no sólo debo decirte que te quiero mucho, que ¡te amo! con todo mi corazón, me di cuenta que ya era hora de DEMOSTRARTE nuevamente que te AMO, como lo hacia cuando éramos jóvenes y te mordía las orejitas, con mis dientes, QUIERO DEMOSTRARTE que te quiero.
Y el viejito se pone los “dientes postizos”, y empieza a darle pequeños mordiscos en la orejita de su amada esposa, y dicen por ahí que hasta ahora sigue el viejito DEMOSTRANDO su amor a su esposa con los mordiscos…
Amaras al señor con todo tu CORAZÓN, tu MENTE, tu ALMA, tus FUERZAS, dice el mandamiento más importante. Puede ser que usted diga Señor ¡Yo te Amo! Nadie puede negar que esa sea nuestra actitud. En la iglesia sobran y bastan las personas que afirman y profesan su amor por nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Pero, en estos tiempos en los que nos toca vivir; Nuestro Dios, más que escucharnos decirle cosas bonitas, más que recibir alabanzas Él espera que nosotros le DEMOSTREMOS NUESTRO AMOR.
Ha llegado el momento, crucial, el capitulo de esta telenovela de nuestra vida, en la que mas que palabras y palabras, de amor para Dios, debemos hacerlo DEMOSTRANDO TAL AMOR.
Lo invito a que después de leer esta reflexión salgamos a buscar la manera como hacerlo:
-DEMUESTRE su amor por Dios, cambiando de vida, dejando el vicio en el cual quizás se encuentra,
-DEMUETRELE SU AMOR, amando a su esposa, (o) siéndole fiel, amando sus hijos compartiendo con ellos.
-DEMUESTRELE su amor, amando a su prójimo.
-DEMUESTRELE su amor, visitando a los que sufren, los enfermos del hospital, los que están en la cárcel, sufriendo por los errores cometido, lleve una palabra de esperanza y alegría a todo aquel que anda triste.
-DEMUESTRELE su amor, ayudando a tanta gente pobre que no tiene el dinero necesario para poder alimentarse, debe haber algo en su casa que sobra y le estorba, déselo, adelante apresúrese.
-DEMUESTRELE su amor, ORANDO, rezando muchas veces el santo ROSARIO, pidiéndole a Dios que FORTALEZCA a todos los Sacerdotes, monjas, Obispos. Ore sin cesar por todas las personas que han entregado y dejado todo por seguir al Señor. OREMOS, para que los líderes de la iglesia, sepan guiar a las ovejas por el camino de la verdad y de la vida.
¡DEMUESTRELE SU AMOR!, busque nuevas maneras como hacerlo, pida la luz del Espíritu Santo, Él le guiará e iluminará.
Sobre todo lo anteriormente expuesto demuestre su amor a Dios:
AMANDOLO con TODO SU CORAZÓN,
TODA SU MENTE,
TODA SU ALMA,
Y CON TODAS SUS FUERZAS.
Jesús le dijo: - Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el más importante y el primero de los mandamientos. Y el segundo es parecido a éste; dice: Ama a tu prójimo como a ti mismo. Estos dos mandamientos son la base de toda la ley y de las enseñanzas de los profetas. (San Mateo 22,36-40)
Un matrimonio estaba mirando su telenovela favorita. Estaban pasando las escenas más tiernas y románticas de la telenovela, donde el novio muy romántico le decía a su prometida lo mucho que la amaba. ¡Te quiero, te amo, te necesito, eres la más dulce, eres mi estrella, mi cielo, mi constelación, meteorito, pequeña galaxia!, etc., etc.
La esposa que bordeaba los 79 años de vida, refiriéndose y comentando la escena de la telenovela, le dice a su esposo de 85 años:
-Recuerdas viejito cuanto tú también me decías que me amabas,
-Recuerdas viejito, cuando eras tierno y cariñoso
-Recuerdas viejito, cuando me besabas.
-Recuerdas viejito, cuando me mordías la orejita. Nostalgias tengo de aquellas caricias con tus dientes, recuerdo con mucho anhelo, tus dientes haciéndome cosquillitas en la oreja.
El “viejito” al escuchar a su querida “viejita” sale apresuradamente, se diría, que sale casi corriendo .A los 30 minutos regresa ansioso. Su esposa le reclama:
-Por que te fuiste ¡Mi amor!, te perdiste el final de la telenovela. ¿Por qué saliste tan apurado? ¿Dónde fuiste?...
El viejito lleno de emoción y alegría responde:
-¡Mi vida! Como tu estabas tan emocionada recordando aquellos tiempos cuando yo te hacia caricias con mis dientes, fui al dentista, a recoger los “dientes postizos” que me estaba haciendo. Vi conveniente que no sólo debo decirte que te quiero mucho, que ¡te amo! con todo mi corazón, me di cuenta que ya era hora de DEMOSTRARTE nuevamente que te AMO, como lo hacia cuando éramos jóvenes y te mordía las orejitas, con mis dientes, QUIERO DEMOSTRARTE que te quiero.
Y el viejito se pone los “dientes postizos”, y empieza a darle pequeños mordiscos en la orejita de su amada esposa, y dicen por ahí que hasta ahora sigue el viejito DEMOSTRANDO su amor a su esposa con los mordiscos…
Amaras al señor con todo tu CORAZÓN, tu MENTE, tu ALMA, tus FUERZAS, dice el mandamiento más importante. Puede ser que usted diga Señor ¡Yo te Amo! Nadie puede negar que esa sea nuestra actitud. En la iglesia sobran y bastan las personas que afirman y profesan su amor por nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Pero, en estos tiempos en los que nos toca vivir; Nuestro Dios, más que escucharnos decirle cosas bonitas, más que recibir alabanzas Él espera que nosotros le DEMOSTREMOS NUESTRO AMOR.
Ha llegado el momento, crucial, el capitulo de esta telenovela de nuestra vida, en la que mas que palabras y palabras, de amor para Dios, debemos hacerlo DEMOSTRANDO TAL AMOR.
Lo invito a que después de leer esta reflexión salgamos a buscar la manera como hacerlo:
-DEMUESTRE su amor por Dios, cambiando de vida, dejando el vicio en el cual quizás se encuentra,
-DEMUETRELE SU AMOR, amando a su esposa, (o) siéndole fiel, amando sus hijos compartiendo con ellos.
-DEMUESTRELE su amor, amando a su prójimo.
-DEMUESTRELE su amor, visitando a los que sufren, los enfermos del hospital, los que están en la cárcel, sufriendo por los errores cometido, lleve una palabra de esperanza y alegría a todo aquel que anda triste.
-DEMUESTRELE su amor, ayudando a tanta gente pobre que no tiene el dinero necesario para poder alimentarse, debe haber algo en su casa que sobra y le estorba, déselo, adelante apresúrese.
-DEMUESTRELE su amor, ORANDO, rezando muchas veces el santo ROSARIO, pidiéndole a Dios que FORTALEZCA a todos los Sacerdotes, monjas, Obispos. Ore sin cesar por todas las personas que han entregado y dejado todo por seguir al Señor. OREMOS, para que los líderes de la iglesia, sepan guiar a las ovejas por el camino de la verdad y de la vida.
¡DEMUESTRELE SU AMOR!, busque nuevas maneras como hacerlo, pida la luz del Espíritu Santo, Él le guiará e iluminará.
Sobre todo lo anteriormente expuesto demuestre su amor a Dios:
AMANDOLO con TODO SU CORAZÓN,
TODA SU MENTE,
TODA SU ALMA,
Y CON TODAS SUS FUERZAS.
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