Salmo 55,5-8 El corazón me salta en el pecho, el terror de la muerte ha caído sobre mi. Me ha entrado un temor espantoso; ¡estoy temblando de miedo! Y digo: Ojala tuviera yo ALAS como de paloma, VOLARIA entonces y podría descansar. VOLANDO me iría muy lejos; me quedaría a vivir en el desierto.
Un sinnúmero de ocasiones en el matrimonio y en la familia, pasamos por momentos difíciles. Los problemas abundan en el hogar. El corazón está sufriendo y quizás cantamos el estribillo de aquella canción que dice: - “Mi corazón herido que sangra que sangra de amor”. Aquel personaje que era el hombre o mujer de nuestros sueños se ha convertido en nuestra pesadilla. Nuestro matrimonio y familia antes sólo eran películas fantasiosas románticas y de Ciencia Ficción. Hoy filmamos películas de drama y terror. Cuántos de nosotros al vernos en medio de todo este sufrimiento desearíamos HUIR, o como dice el Salmo 55,7 quisiéramos tener alas para volar, desaparecer e irnos a otro lugar. Cuantos miles y miles de esposos y esposas al verse traicionados, al ver que solo existe el misterio doloroso en su matrimonio, desean escapar.
Muchos estamos como aquel hombre que llega a la Terminal de buses y dice al que vendía boletos:-Me vende un boleto. - Donde quiere ir Señor responde el boletero. - mire déme cualquier boleto, no me interesa el destino, yo quiero subirme a cualquier bus y desaparecer. Simplemente no quiero estar más en este lugar.
Otros huyen del problema y buscan solucionarlos ahogándolos con el alcohol, queremos ahogar las penas, pero parece que estas aprenden a nadar. Algunos buscan curar la traición, la infidelidad del esposo (a) buscando otro amor, pensamos y decimos en fin “un clavo saca otro clavo”. - Hay quienes por desesperación se van al refrigerador y empiezan a comer y piensan que la comida les solucionará sus problemas. -¿Sabia usted que la comida hace daño?, así decía un vegetariano transmitiendo sus conocimientos a la concurrencia.- La carne, el pollo, la comida china, las hamburguesas hacen daño.
-Aún hay otra comida que hace más daño que todas las comidas juntas- les decía, ¿saben ustedes que comida es la mas dañina? La concurrencia, quedó llena de curiosidad y comentaban unos con otros.
Señor, yo sé cual es la comida que hace más daño, es la TORTA DEL MATRIMONIO. El pastel que comemos en nuestra boda esa es la comida má dañina. ¡Que tal!, quien no recuerda lo dulce de la torta de aquel día en que empezábamos lo que pensábamos era el cielo en la tierra y resulta que lo dulce del matrimonio, con el transcurrir del tiempo se vuelve y se transforma en tristezas y amarguras. La torta del matrimonio se convierte en la comida más dañina y más cara.
Un niño de siete años que le pregunta a su papa:- ¿Papa es caro el matrimonio? -Y el papá con una cara de amargura responde:-No se cuanto cuesta hijo el matrimonio, lo que si sé es que hasta AHORA ESTOY pagando la osadía de convencer a tu madre para que se casara conmigo.
La verdad que resulta caro el matrimonio, cuántos de nosotros estamos pagando muy caro el haber dicho ¡SI ACEPTO! Otros y otras también están queriendo huir y volar del matrimonio. Y más de uno se parece también a aquel hombre que cuando se fue su esposa al mercado, él se puso de rodillas en su cuarto y oraba al Señor diciéndole así:-Señor cambia a mi MUJER, Señor cambia a mi esposa. La esposa que se había olvidado el dinero para las compras vuelve a casa y encuentra a su esposo orando. Al escuchar su plegaria, ella también cae de rodillas y ora al Señor así:-¡Si! Señor cámbiame, cámbiame hazme cambiar .Al escuchar esto el marido gritando le dice ¡CALLATE!, no interrumpas, yo le estoy pidiendo al señor que te CAMBIE, pero lo que yo le pido es que TE CAMBIE POR OTRA.
No más oración, cambia a mi esposa (o) por otro. No más huidas lejos de nuestro hogar. No mas intenciones de querer tener alas para de desaparecer.
Debemos hacer es lo que dice el salmista en el versículo 17 y 18 del salmo 55“Pero yo CLAMARE a Dios; eL Señor me SALVARA. Me quejaré y lloraré MAÑANA TARDE Y NOCHE, y Él escuchará mi voz.
No tenemos que huir, no debemos buscar solucionar este problema del matrimonio y del hogar por nuestras propias fuerzas. Lo que debemos de hacer es CLAMAR a Dios, orar y suplicar mañana, tarde y noche, como dice su palabra. Pidamos al Señor, que salve nuestro matrimonio, que vuelva a unir a nuestra familia. Si usted ya se divorcio, pídale también al Señor que le sane las heridas del pasado, pídale que Él le de una nueva oportunidad de ser feliz y rehacer su vida.
Oración.
Amado Padre, en este momento, en nombre de tu amadísimo hijo Jesucristo, me acerco a ti para pedirte por mi matrimonio. Me dirijo a ti para presentarte mi problema, la herida que ha causado daño en mi hogar. Te presento el dolor que en estos momentos me embarga, por que ya no hay comprensión en mi hogar. La alegría y felicidad que acompañaron el noviazgo y los primeros años de matrimonio han desaparecido en mi hogar. Señor, como el Salmista hoy te digo SALVA mi matrimonio, levanta mi hogar, unifica mi familia. Señor a ti te clamo mañana, tarde y noche porque alzo los ojos y contemplo tus maravillas y me pregunto ¿de dónde me vendrá la ayuda? Y firmemente mi corazón me responde MI AYUDA VENDRÁ DEL SEÑOR creador del Cielo y de la tierra. Gracias Padre te doy en este día, por que tu eres mi única esperanza y en ti confió plenamente. Por eso no me canso de alabarte y agradecerte.
Un sinnúmero de ocasiones en el matrimonio y en la familia, pasamos por momentos difíciles. Los problemas abundan en el hogar. El corazón está sufriendo y quizás cantamos el estribillo de aquella canción que dice: - “Mi corazón herido que sangra que sangra de amor”. Aquel personaje que era el hombre o mujer de nuestros sueños se ha convertido en nuestra pesadilla. Nuestro matrimonio y familia antes sólo eran películas fantasiosas románticas y de Ciencia Ficción. Hoy filmamos películas de drama y terror. Cuántos de nosotros al vernos en medio de todo este sufrimiento desearíamos HUIR, o como dice el Salmo 55,7 quisiéramos tener alas para volar, desaparecer e irnos a otro lugar. Cuantos miles y miles de esposos y esposas al verse traicionados, al ver que solo existe el misterio doloroso en su matrimonio, desean escapar.
Muchos estamos como aquel hombre que llega a la Terminal de buses y dice al que vendía boletos:-Me vende un boleto. - Donde quiere ir Señor responde el boletero. - mire déme cualquier boleto, no me interesa el destino, yo quiero subirme a cualquier bus y desaparecer. Simplemente no quiero estar más en este lugar.
Otros huyen del problema y buscan solucionarlos ahogándolos con el alcohol, queremos ahogar las penas, pero parece que estas aprenden a nadar. Algunos buscan curar la traición, la infidelidad del esposo (a) buscando otro amor, pensamos y decimos en fin “un clavo saca otro clavo”. - Hay quienes por desesperación se van al refrigerador y empiezan a comer y piensan que la comida les solucionará sus problemas. -¿Sabia usted que la comida hace daño?, así decía un vegetariano transmitiendo sus conocimientos a la concurrencia.- La carne, el pollo, la comida china, las hamburguesas hacen daño.
-Aún hay otra comida que hace más daño que todas las comidas juntas- les decía, ¿saben ustedes que comida es la mas dañina? La concurrencia, quedó llena de curiosidad y comentaban unos con otros.
Señor, yo sé cual es la comida que hace más daño, es la TORTA DEL MATRIMONIO. El pastel que comemos en nuestra boda esa es la comida má dañina. ¡Que tal!, quien no recuerda lo dulce de la torta de aquel día en que empezábamos lo que pensábamos era el cielo en la tierra y resulta que lo dulce del matrimonio, con el transcurrir del tiempo se vuelve y se transforma en tristezas y amarguras. La torta del matrimonio se convierte en la comida más dañina y más cara.
Un niño de siete años que le pregunta a su papa:- ¿Papa es caro el matrimonio? -Y el papá con una cara de amargura responde:-No se cuanto cuesta hijo el matrimonio, lo que si sé es que hasta AHORA ESTOY pagando la osadía de convencer a tu madre para que se casara conmigo.
La verdad que resulta caro el matrimonio, cuántos de nosotros estamos pagando muy caro el haber dicho ¡SI ACEPTO! Otros y otras también están queriendo huir y volar del matrimonio. Y más de uno se parece también a aquel hombre que cuando se fue su esposa al mercado, él se puso de rodillas en su cuarto y oraba al Señor diciéndole así:-Señor cambia a mi MUJER, Señor cambia a mi esposa. La esposa que se había olvidado el dinero para las compras vuelve a casa y encuentra a su esposo orando. Al escuchar su plegaria, ella también cae de rodillas y ora al Señor así:-¡Si! Señor cámbiame, cámbiame hazme cambiar .Al escuchar esto el marido gritando le dice ¡CALLATE!, no interrumpas, yo le estoy pidiendo al señor que te CAMBIE, pero lo que yo le pido es que TE CAMBIE POR OTRA.
No más oración, cambia a mi esposa (o) por otro. No más huidas lejos de nuestro hogar. No mas intenciones de querer tener alas para de desaparecer.
Debemos hacer es lo que dice el salmista en el versículo 17 y 18 del salmo 55“Pero yo CLAMARE a Dios; eL Señor me SALVARA. Me quejaré y lloraré MAÑANA TARDE Y NOCHE, y Él escuchará mi voz.
No tenemos que huir, no debemos buscar solucionar este problema del matrimonio y del hogar por nuestras propias fuerzas. Lo que debemos de hacer es CLAMAR a Dios, orar y suplicar mañana, tarde y noche, como dice su palabra. Pidamos al Señor, que salve nuestro matrimonio, que vuelva a unir a nuestra familia. Si usted ya se divorcio, pídale también al Señor que le sane las heridas del pasado, pídale que Él le de una nueva oportunidad de ser feliz y rehacer su vida.
Oración.
Amado Padre, en este momento, en nombre de tu amadísimo hijo Jesucristo, me acerco a ti para pedirte por mi matrimonio. Me dirijo a ti para presentarte mi problema, la herida que ha causado daño en mi hogar. Te presento el dolor que en estos momentos me embarga, por que ya no hay comprensión en mi hogar. La alegría y felicidad que acompañaron el noviazgo y los primeros años de matrimonio han desaparecido en mi hogar. Señor, como el Salmista hoy te digo SALVA mi matrimonio, levanta mi hogar, unifica mi familia. Señor a ti te clamo mañana, tarde y noche porque alzo los ojos y contemplo tus maravillas y me pregunto ¿de dónde me vendrá la ayuda? Y firmemente mi corazón me responde MI AYUDA VENDRÁ DEL SEÑOR creador del Cielo y de la tierra. Gracias Padre te doy en este día, por que tu eres mi única esperanza y en ti confió plenamente. Por eso no me canso de alabarte y agradecerte.
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