EL PRESO No 7

San Lucas 4,16-19  “Jesús fue a Nazaret, el pueblo donde se había criado. El sábado entró en la sinagoga como era su costumbre y se puso de pie para leer las Escrituras. Le dieron a leer el libro del profeta Isaías, y al abrirlo encontró el lugar donde estaba escrito: “El Espíritu del Señor esta sobre mi, porque me ha consagrado para llevar la buena noticia a los pobres me ha enviado a anunciar LIBERTAD A LOS PRESOS y dar vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos y proclamar el año de Gracia del Señor”

De entre la multitud de pasajes de la  Biblia, este es uno de mis preferidos,  al leerlo siempre me emociono,  Jesús dice que parte de su misión es la de anunciar la  LIBERTAD A LOS PRESOS.  Es que como hijos de Dios nacemos y con el bautismo  se nos borra el pecado original.  Estamos llenos de la gracia divina. Pero a medida que  va pasando el tiempo, los años, crecemos llegando  a la juventud., nos hacemos adultos y muchos de nosotros perdemos la libertad espiritual. Al pecar nuevamente caemos atrapados  la cárcel del mal, somos hechos prisioneros por el ejército de las “tinieblas”.

Se ha preguntado alguna vez usted ¿cuántos presos hay en la cárcel del enemigo? ¿Cuántos diariamente son atrapados en la cárcel espiritual?
¿Cuántos logran ser liberados?

El 22 de Septiembre del año 2.005  de la cárcel de Palmasola en Santa Cruz- Bolivia,  se realizó una fuga masiva.  ESCAPARON  varios de los presos denominados peligrosos.  Lo anecdótico es que luego de esta fuga, para verificar cuantos eran los presos que se habían escapado, nadie se ponía de acuerdo en las cifras.  Unos decían que eran 27, otros que 28 y finalmente surgieron rumores de que fueron más de 30 los fugitivos. Por esta razón, el fiscal solicitó a los tres gobernadores de la cárcel que realicen un  CENSO, para establecer cuantos PRESOS había en la cárcel. Aparentemente no tenían una lista oficial de la cantidad  de  PRISIONEROS en  la penitenciaría de Palmasola.

En lo espiritual  también nosotros no sabemos exactamente cuantos fieles se encuentran atrapados, prisioneros.  No sabemos cuantos entran diariamente y cuantos salen, porque así como el mal captura muchos fieles,  también Jesús, como dice el evangelio, hacen libres a muchos y muchos que  diariamente se arrepienten y le entregan su corazón y su vida.
Puede ser que en estos momentos te encuentres prisionero de  algún vicio, un adulterio, o cualquier  pecado que no puedes dejar de cometer.  Puede ser que haya algo que no te deja disfrutar de  la libertad que Jesús vino a darnos. Aparentemente la prisión del mal es placentera, nos acostumbramos a estar presos y hasta  cantamos el estribillo de aquella canción famosa: EN LA CÁRCEL  DE TU PIEL,  ESTOY PRESO A VOLUNTAD.

 Una de las prisiones más grandes que hay en estos tiempos es la prisión del placer,  la prisión de la carne.  Los apetitos sexuales cada vez aumentan pues  todos los días la televisión, las tiendas, los periódicos, las revistas, y el cine nos bombardean con escenas sensuales  nos muestran a diario parejas desnudas. La pornografía se campea en las calles sin que nadie diga ¡ALTO! Y a los pocos que se oponen a esto, lo tildan de anticuado, conservador,   y por eso debemos  tener mucho cuidado para no  caer en esta cárcel. Muchos caen atrapados y les resulta difícil salir por que como les decía anteriormente están PRESOS A VOLUNTAD.

Hay otro  dicho, “Atrapado y sin salida”  pero yo este día les regalo otra  frase para que se  la aprenda, “ATRAPADOS CON SALIDA”. Amigos,  si estamos prisioneros de cualquier vicio  que no podemos dejar, la  Buena Noticia es que hay escapatoria,  hay salida.  Pide la ayuda de Jesucristo por que el ha venido precisamente para eso, para dar LIBERTAD al CAUTIVO y al OPRIMIDO.

 Cuidado que  por querer ser libres nos pase lo que le ocurrió  a un preso en una película.  Este hombre quería escaparse de la cárcel, para ello estudia y prepara un plan y  llevar a cabo su fuga.  Él planificó fugarse de la cárcel, subiéndose al vehiculo que todos los días llevaba el pan para los presos.   Era  una Furgoneta,  tenia la carrocería completa cerrada.   Luego de que el vehículo dejó el pan en la cárcel,  el preso se da modos y corriendo logra esconderse dentro de la carrocería. Sale   el vehículo de la cárcel, con el preso dentro. Él,  contento y feliz porque se había escapado estaba alimentándose con los sabrosos panes que había dentro.  Paso el tiempo, exactamente 2 horas y el vehiculo se detuvo.  El preso dice ¡lo logre! Estoy a punto de ser libre, sólo me queda abrir la puerta de la movilidad  y me voy.

Sin esperar más  tiempo, abre la puerta trasera y se baja rápidamente. Empieza a corre y  para su asombro, cuando  mira a su alrededor y se encuentra rodeado de policías,  que le dicen ¡alto! ¡Deténgase! ¿Dónde cree que esta corriendo?  Y el preso  piensa y dice para si mismo ¿Qué paso? Se suponía que debería ser libre, me encuentro nuevamente en la cárcel.

¿Sabe lo que pasó realmente? el vehículo era el repartidor de pan de  todas las cárceles de esa ciudad,  el preso lo único que logró fue escapar de una, para entrar en otra prisión. Qué  le parece, de una cárcel a otra. Eso es lo que nos sucede a nosotros, queremos escapar del vicio, queremos liberarnos de los problemas a nuestra manera, por nuestros propios medios y lo único que logramos es sólo  cambiar de sitio  nuestra cárcel. Y así vamos por la vida cambiando de prisiones.

Si queremos escapar del mal, si de verdad queremos ser libres, hagámoslo  de la mano de Jesús.  Debemos recurrir a su Poder, debemos acercarnos a el,  pedirle que sea nuestro Señor y libertador.  Sólo Jesucristo puede romper las cadenas del pecado, Sólo Jesús tiene el poder para darnos la verdadera Libertad. Porque El ha venido para   LIBERAR A LOS PRESOS y dar vista a los ciegos. Él está aquí para poner en libertad a los oprimidos y proclamar el año de Gracia del Señor”. 




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