También han oído que se dijo: “ama a tu prójimo y odia a tu enemigo” Pero yo les digo: amen a sus enemigos, y oren por quienes los persiguen. Así ustedes serán hijos de su padre que está en el cielo; pues él hace que su sol salga sobre malos y buenos, y manda la lluvia sobre justos e injustos. Porque si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿Qué premio recibirán? Hasta los que cobran impuestos para Roma se portan así. Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿Qué hacen de extraordinario? Hasta los paganos se portan así . Sean ustedes perfectos, como su Padre que esta en el cielo es perfecto” (Mateo 5,43-48)
Un sacerdote estaba predicando acerca de este pasaje de la escritura y al final de la homilía pregunta a los feligreses:
-¿Cuántos de ustedes han perdonado a sus enemigos?
¿Cuántos han orado por sus enemigos?
El 50 por ciento levanta la mano, Instantes después el sacerdote vuelve a hacerles la misma pregunta. Esta vez todos responden afirmativamente, excepto una anciana.
Lidubina ¿No está usted dispuesta a perdonar a sus enemigos? Pregunta el sacerdote
-Yo no tengo enemigos, dice la mujer con voz dulce.
Eso es muy raro comenta el sacerdote, ¿Cuántos años tiene usted? Pregunta
-Noventa y nueve
Todos los asistentes a la iglesia se ponen de pie y le brindan una fuerte ovación a la frágil anciana
El sacerdote se dirige a Lidubina diciendo: ¿Puede pasar al frente y decirnos como se llega a los 99 años sin tener enemigos?
La mujer pasa al frente, se vuelve hacia los feligreses y d ice:
Si no tengo enemigos – ¡Es que ya se murieron todos!
El Señor nos dice que tenemos que amar y orar por nuestros enemigos, o como dijo la anciana Lidubina, Nuestros enemigos “tienen que morir” esto significa que mueran de nuestro corazón, significa que el rencor, el odio que tenemos hacia los que nos ofendieron e hirieron tiene que desaparecer de nuestro corazón.
Es difícil perdonar a aquella persona que nos hizo daño
Es más difícil aun amar a los que nos traicionan y destruyen
Pero si queremos ser perfectos como manda Jesucristo (Mt 5,48) debemos exterminar de nuestra mente esos pensamientos y deseos de venganza hacia todos los que están en contra de nosotros.
Esforcémonos por destruir todos los sentimientos de rencor hacia nuestros enemigos: nuestra lema diario tiene que ser: “que mueran mis enemigos” de mi mente y de mi corazón.
Pidamos en este día al Señor la gracia de poder Perdonar amar y orar por nuestros enemigos.
Oración: Señor hoy me dirijo a ti con el corazón lleno de odios y rencores, con la mente llena de pensamientos de venganza, Señor tú conoces quienes son mis enemigos, tú conoces los que me traicionaron, los que me odian, tú conoces los que desean hacerme daño. En este momento por fe y en tu nombre proclamo que perdono a todos mis enemigos, enséñame a amar a los que me odian. Señor en este día comienzo a orar por todos mis enemigos, oro por ellos sin cesar hasta que en mi corazón mueran y desaparezcan el odio y rencor que siento por ellos. Gracias Señor por tu gracia y con tu amor puedo perdonar amar y orar por todos mis enemigos.
Amen
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