En
una cárcel aconteció lo siguiente:
“Señor
el prisionero logro huir”
-Que
descuidados que son, les dije que
vigilaran todas las salidas
Los
policías se excusan diciendo:
“y
así lo hicimos señor” Vigilamos todas las SALIDAS pero el muy astuto huyo por una de las ENTRADAS…
En la vida espiritual
existen muchas cárceles
¿Cuál es tu prisión, cuál
es tu cárcel?
-Hay quienes se
encuentran prisioneros en los vicios del alcoholismo, las drogas, el sexo
-También millones
viven prisioneros en la cárcel del odio y rencor
-Y más aún viven atrapados
en la avaricia y materialismo
-Muchos viven presos
de la pereza y flojera
-La vanidad y orgullo
tiene atrapados a millones también.
-Las prisiones de frustración,
derrota y fracaso tienen también atrapados a millones
-Hay miles de miles
de prisiones espirituales que nos tienen esclavizados
¿Cuál es tu cárcel mi
amigo?
La buena noticia para
nuestras prisiones espirituales es que existe una puerta, por la cual podemos
escapar y ser libres: Jesús dijo "Yo soy la puerta: el que entre por mí estará
a salvo; entrará y saldrá y encontrará alimento." (Juan 10,9)
¡Genial!
Si queremos ser libres acudamos a Jesucristo, la puerta que nos hace LIBRES, y más
que libres Cristo llenara nuestros corazones de todos los vacíos que dejen las
prisiones de los vicios, del odio, la avaricia, y del pecado en general.
Oración: Señor reconozco que soy prisionero, mis cárceles
son muchas: los vicios, el alcohol, el sexo, las drogas, soy prisionero del
materialismo, estoy preso en mi orgullo y vanidad, Señor soy prisionero del
odio, tengo rencor en mi corazón, Señor tú conoces el pecado que me esclaviza, Señor hoy al
conocer que tú eres LA PUERTA, para escapar y salir de todas mis prisiones, con
prisa me dirijo hacia ti, Señor creo que tú eres la puerta, Creo Señor que hoy tú
me estas liberando de todas mis prisiones, Señor Gracias por qué has roto las
cadenas del pecado, Señor hoy extiendo mis brazos hacia el cielo y te digo ¡GRACIAS
SEÑOR POR HACERME LIBRE!.
Amen
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