ES TIEMPO DE PERDONAR

Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo.(Efesios 4,32)

El padrecito de la parroquia a un feligrés  le aconseja diciendo,  hijo yo se  Lidubino no es santo de tu devoción, pero no deberías guardarle rencor,

El aludido se defiende diciendo:

 “yo no le guardo ningún rencor a Lidubino Padre”

-qué bueno hijo, dice el padrecito, pero el feligrés continúa diciendo:

Le aseguro que  no le guardo rencor,  se lo entrego todo…

Cuantos de nosotros hoy vivimos con odio, rencor y resentimiento en el corazón

Cuando vemos a la persona que nos hizo daño,  cuando nos encontramos con las personas que odiamos, nos vienen a la mente muchos pensamientos oscuros y malignos,  como decía el feligrés: queremos entregarle todo nuestro rencor…

Hoy El Señor nos invita a entregar todos nuestros odios y rencores,  pero esta entrega tenemos que hacérsela a Él. Es tiempo de dejar atrás el pasado,  hoy es el momento preciso para que olvidemos los rencores y más que olvidar, es tiempo de PERDONAR.

Perdona esa persona que te ha ofendido

Perdona a aquel que te hizo daño

Perdona al que te traiciono

Perdona al que hablo mal de ti y te ha calumniado.

Perdonar es difícil mis queridos amigos,  pero es la única solución para que nuestros corazones sean sanados de todas las heridas del pasado.

“Y cuando estén orando, si tienen algo contra alguien, perdónenlo, para que también su Padre que está en el cielo les perdone a ustedes sus pecados”.(Marcos 11,25)

Oración: Señor hoy me acerco a ti, herido, con odios y rencores en mi corazón por todas aquellas personas que me hicieron daño, Señor este resentimiento que llevo en el corazón me impide ser feliz, Hoy Señor quiero pedirte la gracia de poder olvidar, poder perdonar, Señor hoy te digo con mucha fe: “Señor perdona mis ofensas así como también yo perdono a los que me han ofendido”  Señor Hoy quiero entregar y dejar todos mis odios y rabias en la cruz, Hoy Señor te entrego mi vida, te entrego mi corazón, sánalo y sálvalo Señor. Amen