La profesora explicaba a los niños acerca de las
tormentas, y les enseño que las principales
son:
Tormentas Eléctricas,
Tormentas de arena
o polvo
Tormentas de nieve o
invierno
Tormentas de granizo
Al día siguiente
la profesora toma examen y pregunta a la clase: Alguien me puede decir
los tipos de tormentas y las consecuencias de ellas. Nadie respondía, de pronto
un niño se pone en pie y dice: podemos resumir las tormentas en dos: Las
tormentas menores que nos impiden venir
a clases y las tormentas mayores que nos
impiden ir al cine…
Tormentas espirituales también llegaran a nuestra vida, más
temprano que tarde o más tarde que
temprano estaremos enfrentando tremendas tormentas, estas como dijo el niño
pueden ser mayores o menores según el daño o perjuicio que causen en nuestra
vida, su obejetivo impedirnos llegar a la tierra prometida, “EL CIELO”.
Llegaran los aguaceros de problemas
Arribaran los chubascos de dolor y sufrimiento
El diluvio de
dudas e incertidumbre amenazaran
nuestra vida
El huracán de tentaciones e inclinaciones hacia el pecado querrán hundirnos
Los chubascos de derrotas y fracasos también querrán llevarse
toda esperanza.
El diluvio de las enfermedades amenaza con destruir
muchas vidas.
Ante todas
estas probables Tempestades que llegaran
a tu vida, lo que tienes que
hacer es invitar al barco de tu vida a Jesús,
para que él te ayude en el momento oportuno:
"Jesús subió a la barca y sus
discípulos le siguieron. Se levantó una tormenta muy violenta en el lago, con
olas que cubrían la barca, pero él dormía. Los discípulos se acercaron y lo
despertaron diciendo: ¡Señor, sálvanos, que estamos perdidos!"(Mateo
8,23-25)
En medio de las tormentas
nunca olvidemos que Jesús esta en medio de ellas, pero muchas veces está
dormido, imitemos la actitud de los discípulos y despertémoslo diciendo:
Señor: ¡AUXILIO!
Señor: ayúdame, las
tormentas y problemas amenazan destruir
mi vida
Señor: ¡SALVAME! Me estoy
hundiendo…
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"Uno para Cristo y Cristo para todos"
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