Se cuenta que Lidubino estaba buscando comprar
una casa, ese día llega a cierta casa que se veía muy bonita por fuera. El
vendedor de esta, intenta convencerlo diciéndole: “esta casa es muy especial, está
en una ubicación única, no encontrara otra como ella, a la derecha hay una
curtiembre, una panadería a la izquierda, y al frente tiene una pescadería. Al
escuchar esto sorprendido Lidubino pregunta ¿Y qué de especial hay con ello?
Sonriendo el vendedor dice: “Por el olor Siempre sabrá de qué lado sopla el
viento…”
Sabías que nosotros los cristianos somos el “buen
olor de Cristo”:
"Pues nosotros somos para Dios el buen
olor de Cristo entre los que se salvan y entre los que se pierden: para los
unos, olor que de la muerte lleva a la muerte; para los otros, olor que de la
vida lleva a la vida. (2da
Corintios 2,15-16)
Una pregunta, según tu ubicación, según tu estado
de vida espiritual: ¿Qué tipo de olor eres para los demás?
Hay creyentes que el único olor que tienen es el
olor del odio el rencor, por sus poros transpiran olor a venganza
Hay los creyentes que llevan el olor del pecado
del adulterio, este olor cada día se propaga con mayor celeridad, los vientos
huracanados del sexo libre y desenfrenado se extienden con velocidades
destructivas
Y qué decir de los cristianos que el único olor
que despiden es el olor del chisme y las murmuraciones,
Y así los olores del pecado entre los creyentes
son variados y diversos.
Nosotros los católicos, nosotros los cristianos
no debemos olvidar de ninguna manera que SOMOS EL BUEN OLOR DE CRISTO. Por tanto,
debemos tratar de contagiarnos del aroma de Cristo, echémonos al cuerpo el
bello perfume del amor y misericordia de Cristo, y luego contagiemos a los
demás con ESTE AGRADABLE OLOR. Así lograremos que, aunque sople del frente,
sople de la derecha o sople de la izquierda, los demás podrán contagiarse del
AROMA DE CRISTO, AROMA Y PERFUME DE SALVACION…
Amen
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