“LAS
ESPINAS DE LA VIDA”
Leandrito
se quejaba con su papa de lo que le sucedió: “El gato me rasguño en una mano”
Este
responde: “Te he dicho que no lo molestes cuando está comiendo”
A la
media hora otra queja: “Papa la gallina me picoteo”
-Ya
te he dicho que no le molestes a sus pollitos dice su papa.
Al
poco rato Leandrito nuevamente entra quejándose:
-Las
espinas de la rosa me pincharon los dedos… y no la estaba molestando…
Muchas
veces aparecen en nuestra vida lo que podríamos denominar “Las espinas de la
vida”. Estas aparecen en el momento menos esperado, y estas espinas logran
“pinchar nuestra vida”
Los
problemas son las espinas de la vida
El
sufrimiento es un tremendo aguijón de la vida
La
enfermedad es una tremenda espina en la vida
La
soledad es una dolorosa espina de la vida
El
fracaso sin duda es una grande espina en nuestra vida
Y así
podemos citar un sinnúmero de vicisitudes y adversidades que pincharan nuestra
vida.
Ante
las inevitables “Espinas de la vida” lo que tenemos que hacer es refugiarnos y
buscar consuelo en la palabra de Dios:
“Así, aunque
llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos
desesperamos.” (2da Corintios 4,8)
Animados por esta
palabra Divina, así como estamos, con las espinas que tenemos dispongámonos
para pedirle a Dios para que nos ayude con ellas.
Oración: Señor tú
conoces “las espinas que pinchan mi vida”, tú conoces mis dolores, mis
sufrimientos, tú conoces mis tristezas, mis lamentos, mis preocupaciones, tú
conoces de mi depresión, tú conoces por los problemas y dificultades que cada
uno de nosotros está atravesando, Señor pedimos nos auxilies, Señor pedimos tu
consuelo, Señor pedimos nos fortalezcas, Señor te pedimos sanes todas las
heridas que “las espinas de la vida” han causado en nosotros. Gracias Señor
porque tú tienes la mejor solución a todas las “espinas y
aguijones de la vida”. Amen
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