Salmo 55,17-18 “Pero yo clamaré a Dios, el Señor me salvará. Me quejaré y lloraré mañana, tarde y noche, y él escuchará mi voz”
Estaba en la misa la familia Montoya que contaba con tres hijos. Juana de trece años, Fátima de ocho y el pequeño Ricardo de cuatro años. Precisamente el último era muy inquieto siempre estaba hablando y molestando a sus dos hermanas.
El papa de Ricardo al darse cuenta del comportamiento de su pequeño heredero, reprende al niño: Hijo mío ¡quédate quieto, compórtate bien, estamos en la iglesia!, pero el niño no hizo caso de la orden de su papa. Nuevamente molesto el padre le dice al oído- “si no te portas bien te voy a castigar Ricardo”. A pesar de las advertencias, el niño no cambio su comportamiento. Para terminar con el conflicto saca a Ricardo de la iglesia,- te advertí, te comportabas o recibías un castigo, no me obedeciste, ahora vas a saber quien es el que manda. Afuera te voy a dar un escarmiento que no se te olvidará en muchos días. Casi fuera de la iglesia, al ver que no podría escapar del castigo de su Papa, dirigiéndose a todas las personas que estaban en la iglesia, armándose de valor Ricardo les dice: ¡OREN POR MI POR FAVOR, OREN POR MI!
Le parece conocida esta frase, yo creo que si. Es la frase que usamos a menudo nosotros los creyentes cuando pasamos por necesidades, es la recomendación que hacemos a los hermanos en la fe, decimos ¡ORE POR MI HERMANO, ¡POR FAVOR OREN POR MI!
Es cierto que nosotros debemos ORAR por los demás, así dice El apóstol Santiago 5,16: “Oren los unos por los otros para que sean sanados". También podemos pedir oraciones por nosotros como dice San Pablo en Romanos 15,30 “recen a Dios. Luchen conmigo rogando por mi”. Esta bien, la iglesia, la congregación, la comunidad pondrá de su parte y Orará por usted, pero no sólo deben ser los demás los que Recen , Usted tiene que poner su esfuerzo, usted también tiene , debe rezar y orar mas que los demás, puesto que es su necesidad, su debilidad, su problema, su vida la que esta en juego.
En muchas ocasiones sucederá que usted al que le solicitan oración, obediente empezará a rezar y orar por el que le pidió que lo hiciera, usted le dirá a Dios, “Señor te presento la necesidad de Juan, te presento el problema de Juana, te pido por el vicio de Daniel, Te pido y te pido por todos Señor. Y el Señor a su oído le dirá,- Hijo mío tú me pides por todos ellos, yo te escucho pedir por tus hermanos si cesar, pero sabes una cosa, tus hermanos ni siquiera se han acordado de mí. Juan y Juana, en ningún momento oran y me piden nada, ellos se han confiado en tus oraciones.
Estimados hermanos, la oración no debe faltar dentro de las 24 horas diarias que Dios nos regala, recuerde las instrucciones de San Pablo en Efesios 6,18 “Vivan orando y suplicando. Oren en todo tiempo”
Tampoco se olvide lo que dijo el Gran Maestro en San Mateo 26,41 -“Estén despiertos y RECEN para que no caigan en Tentación. El Espíritu es Animoso, pero la carne es Débil. A partir de hoy digamos a los demás ¡OREN POR MI pero también en todo tiempo OREMOS POR NOSOTROS. Mañana, tarde y noche como dice el Salmo 55,17-18
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