Salmo 117,13 “Me EMPUJARON, con violencia, para que CAYERA pero el Señor vino en mi Ayuda”. Salmo 145,14 “El Señor SOSTIENE a los que CAEN y LEVANTA a los que desfallecen”
¿Usted se ha CAÍDO alguna vez? cuántas veces vamos caminando o corriendo y damos algún paso en falso. Tropezamos y luego nos damos cuenta que estamos en el piso. ¿Quién no ha pasado a lo largo de su vida por alguna caída estrepitosa?, ¿quién no recuerda con lujo de detalles como si fuera ayer el momento en que se cayó de algún árbol cuando era niño? Si hasta los famosos se caen, estoy seguro que más de uno de ustedes recuerda las caídas más notorias de los artistas famosos.
El cantante Alejandro Fernández estaba en el escenario y se cayó. Patricia Manterola en una de sus presentaciones CAE en el escenario. Luego del susto, ella continúa cantando. Quizás la caída más famosa y la más graciosa es la que tuvo el famoso cantante “Juan Gabriel”. ¿Recuerda? Estas son las caídas más famosas que los canales de televisión de diferentes partes del mundo recopilaron y mostraron una y otra vez.
Al observar todas estas caídas, no recuerdo haber visto pasar por la televisión las caídas aun más peligrosas. Ellos no muestran las caídas espirituales de los hijos de Dios. Cuántos esposos fieles cayeron y están presos en el adulterio. Cuantas mujeres se dejaron caer en el abandono y hoy están en el suelo deprimidas, se sienten heridas, destrozadas y piensan en el suicidio. Cuántos otros jóvenes, la esperanza de sus padres, cayeron en el vicio del alcohol, de la drogadicción. Las jóvenes, cayeron, quedaron embarazadas y luego abortaron.
Siguiendo con el listado, cuántas personas cayeron presa de la violencia y las guerras. Un sinnúmero de personas también cayeron en la depresión, no encuentran solución a sus problemas económicos. Hay algunos que se dejaron derribar por la ira, el odio y fruto de ese odio hoy viven amargados con deseos de venganza. Muchos otros más cayeron presos de la avaricia, del dinero y han hecho de la plata y las riquezas un ídolo.
Cuantos miles caen en la prostitución, trampa maligna que hoy enreda a mujeres desde los once años. Muchas mas todavía caen en la vanidad. Miles y miles de mujeres hermosas se desnudan y andan con su cuerpo envenenando muchas almas.
Varios siglos atrás, San Juan Crisóstomo al referirse a las mujeres que cautivaban con sus cuerpos a los hombres decía de ellas: - “serán juzgadas por envenenadoras de almas”. Imagínese que diría hoy al escuchar que las mujeres cuando se desnudan dicen que es un “arte” y que solo las profesionales lo hacen.
En Fin cuantas y cuantas almas caen de diferente manera y al hacerlo el enemigo, el diablo las atrapa y todas ellas se alejan de la gracia de Dios. Recuerda el Versículo 13 del salmo 117 que leímos, dice ME EMPUJARON con violencia para que cayera. A veces estamos tan distraídos que no nos damos cuenta que nuestro enemigo busca el momento oportuno para EMPUJARNOS con violencia como para que no podamos sostenernos. La Buena noticia es que mientras el mal anda buscando como hacernos caer, dice la palabra que el Señor cuando nos hacen caer, viene en nuestra ayuda. El salmo 145,14 -“El Señor SOSTIENE a los que CAEN y LEVANTA a los que desfallecen”
¿Por que caemos? Un Catequista les preguntaba a los niños:-¿Por qué pecaron Adán y Eva? Nadie respondía, al final uno de los niños con voz tímida contesto:- Ellos pecaron, porque comieron la fruta prohibida. Esa es la respuesta a nuestra caídas espirituales, caemos por que pecamos. La vieja serpiente del edén sigue hoy ofreciéndonos manzanas, claro que ahora las ofrece disfrazadas de todo lo que anteriormente mencionado.
Si usted en estos momentos se encuentra CAÍDO, sin fuerzas, atrapado en algún vicio, en alguna trampa del maligno. Quizás porque comió alguna “manzana prohibida” lea con calma la siguiente cita bíblica:
1ra Juan 2,1-2 “Hijitos míos les he escrito estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno lo comete, tenemos ante el Padre un defensor que es Jesucristo y el es Justo. Jesucristo se ofreció en sacrifico para que nuestros pecados sean perdonados y no sólo los nuestros sino los de todo el mundo”.
Gloria a Dios, si pecamos tenemos un defensor Jesucristo, el murió por nuestros pecados. Pero eso no basta, para dejar de pecar. Hay algo que debemos de hacer. ¿Quiere usted mantenerse firme sin tropezar ni caer en la fe? -Es difícil para mi -dirá usted, pero le aseguro que es fácil la solución a las caídas, usted la encuentra en Romanos 6,13 -“No ENTREGUEN su cuerpo al pecado, como instrumento para hacer lo malo. Al contrario ENTREGUENSE A DIOS…ENTREGUENLE su cuerpo como instrumento para hacer lo que es justo ante él. En otras palabras lo que usted debe de hacer todos los días al levantarse es decirle Señor te entrego mi vida, Señor te ofrezco mis pensamientos. TE entrego mi Corazón Jesús, acompáñame, y guíame este día. Señor. Todos los días entréguele su vida y su corazón a Jesús, El le ayudará cuando el enemigo lo empuje y quiera hacerlo Caer. Jesús lo sostendrá y lo levantará. ¡Gloria a Él! ¡Alabado sea Jesúcristo!
¿Usted se ha CAÍDO alguna vez? cuántas veces vamos caminando o corriendo y damos algún paso en falso. Tropezamos y luego nos damos cuenta que estamos en el piso. ¿Quién no ha pasado a lo largo de su vida por alguna caída estrepitosa?, ¿quién no recuerda con lujo de detalles como si fuera ayer el momento en que se cayó de algún árbol cuando era niño? Si hasta los famosos se caen, estoy seguro que más de uno de ustedes recuerda las caídas más notorias de los artistas famosos.
El cantante Alejandro Fernández estaba en el escenario y se cayó. Patricia Manterola en una de sus presentaciones CAE en el escenario. Luego del susto, ella continúa cantando. Quizás la caída más famosa y la más graciosa es la que tuvo el famoso cantante “Juan Gabriel”. ¿Recuerda? Estas son las caídas más famosas que los canales de televisión de diferentes partes del mundo recopilaron y mostraron una y otra vez.
Al observar todas estas caídas, no recuerdo haber visto pasar por la televisión las caídas aun más peligrosas. Ellos no muestran las caídas espirituales de los hijos de Dios. Cuántos esposos fieles cayeron y están presos en el adulterio. Cuantas mujeres se dejaron caer en el abandono y hoy están en el suelo deprimidas, se sienten heridas, destrozadas y piensan en el suicidio. Cuántos otros jóvenes, la esperanza de sus padres, cayeron en el vicio del alcohol, de la drogadicción. Las jóvenes, cayeron, quedaron embarazadas y luego abortaron.
Siguiendo con el listado, cuántas personas cayeron presa de la violencia y las guerras. Un sinnúmero de personas también cayeron en la depresión, no encuentran solución a sus problemas económicos. Hay algunos que se dejaron derribar por la ira, el odio y fruto de ese odio hoy viven amargados con deseos de venganza. Muchos otros más cayeron presos de la avaricia, del dinero y han hecho de la plata y las riquezas un ídolo.
Cuantos miles caen en la prostitución, trampa maligna que hoy enreda a mujeres desde los once años. Muchas mas todavía caen en la vanidad. Miles y miles de mujeres hermosas se desnudan y andan con su cuerpo envenenando muchas almas.
Varios siglos atrás, San Juan Crisóstomo al referirse a las mujeres que cautivaban con sus cuerpos a los hombres decía de ellas: - “serán juzgadas por envenenadoras de almas”. Imagínese que diría hoy al escuchar que las mujeres cuando se desnudan dicen que es un “arte” y que solo las profesionales lo hacen.
En Fin cuantas y cuantas almas caen de diferente manera y al hacerlo el enemigo, el diablo las atrapa y todas ellas se alejan de la gracia de Dios. Recuerda el Versículo 13 del salmo 117 que leímos, dice ME EMPUJARON con violencia para que cayera. A veces estamos tan distraídos que no nos damos cuenta que nuestro enemigo busca el momento oportuno para EMPUJARNOS con violencia como para que no podamos sostenernos. La Buena noticia es que mientras el mal anda buscando como hacernos caer, dice la palabra que el Señor cuando nos hacen caer, viene en nuestra ayuda. El salmo 145,14 -“El Señor SOSTIENE a los que CAEN y LEVANTA a los que desfallecen”
¿Por que caemos? Un Catequista les preguntaba a los niños:-¿Por qué pecaron Adán y Eva? Nadie respondía, al final uno de los niños con voz tímida contesto:- Ellos pecaron, porque comieron la fruta prohibida. Esa es la respuesta a nuestra caídas espirituales, caemos por que pecamos. La vieja serpiente del edén sigue hoy ofreciéndonos manzanas, claro que ahora las ofrece disfrazadas de todo lo que anteriormente mencionado.
Si usted en estos momentos se encuentra CAÍDO, sin fuerzas, atrapado en algún vicio, en alguna trampa del maligno. Quizás porque comió alguna “manzana prohibida” lea con calma la siguiente cita bíblica:
1ra Juan 2,1-2 “Hijitos míos les he escrito estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno lo comete, tenemos ante el Padre un defensor que es Jesucristo y el es Justo. Jesucristo se ofreció en sacrifico para que nuestros pecados sean perdonados y no sólo los nuestros sino los de todo el mundo”.
Gloria a Dios, si pecamos tenemos un defensor Jesucristo, el murió por nuestros pecados. Pero eso no basta, para dejar de pecar. Hay algo que debemos de hacer. ¿Quiere usted mantenerse firme sin tropezar ni caer en la fe? -Es difícil para mi -dirá usted, pero le aseguro que es fácil la solución a las caídas, usted la encuentra en Romanos 6,13 -“No ENTREGUEN su cuerpo al pecado, como instrumento para hacer lo malo. Al contrario ENTREGUENSE A DIOS…ENTREGUENLE su cuerpo como instrumento para hacer lo que es justo ante él. En otras palabras lo que usted debe de hacer todos los días al levantarse es decirle Señor te entrego mi vida, Señor te ofrezco mis pensamientos. TE entrego mi Corazón Jesús, acompáñame, y guíame este día. Señor. Todos los días entréguele su vida y su corazón a Jesús, El le ayudará cuando el enemigo lo empuje y quiera hacerlo Caer. Jesús lo sostendrá y lo levantará. ¡Gloria a Él! ¡Alabado sea Jesúcristo!
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