San Mateo 8,23-26
“Jesús subió a la barca y sus discípulos lo acompañaron. En esto se desató sobre el lago una tormenta tan fuerte que las olas cubrían la barca. Pero Jesús se había dormido. Entonces sus discípulos fueron a despertarlo diciéndole: -¡Señor, sálvanos! ¡Nos estamos hundiendo! El les contesto: -¿Por qué tanto miedo? ¡Qué poca fe tienen ustedes! Dicho esto, se levantó y dio una orden al viento y al mar, y todo quedó completamente tranquilo.
Un viejo lobo de mar, estaba enseñando a su hijo todas las pericias para maniobrar el barco de la familia de marineros, así preguntaba a su hijo:--¿Qué harías si de pronto te encuentras en pleno mar, llega una tormenta y amenaza hundir el barco? Muy sereno el hijo contesta: - tiro el ancla.-Y si la tormenta aumenta. El hijo nuevamente dice:- echo otra ancla Y si la tormenta se duplica.
Más seguro aún el hijo replica: -duplico también las anclas .Asombrado ante las respuestas el padre pregunta:- Hijo y ¿de dónde sacas tu tantas anclas?
El hijo con una sonrisa responde: -Del mismo lugar de donde usted saca las tormentas.
Tormentas, quien no ha experimentado este fenómeno natural, ya sea en el mar o en la tierra, las tormentas según la intensidad causan pánico en la gente.
Este fenómeno natural, tarde o temprano llegará acompañada de rayos, truenos, ráfagas de aire y lluvia, causando inseguridad y miedo en nosotros.
Hoy quiero hablarles de las Tormentas espirituales que tenemos que afrontar. Nuestra realidad como creyentes es que tarde o temprano tendremos que pasar por muchas tormentas. Quizás el barco de su vida se ve amenazado por fuertes olas de dudas que amenazan hundir su barca, puede haber también olas de dolor, de sufrimiento, olas de enfermedad, que cada día que pasan hunden más y más su vida. Aparecerán también las olas del remordimiento, que no lo dejarán tranquilo, olas que se introducirán en sus pensamientos y le dirán a cada instante: -¡culpable! ¡Culpable!. Vemos con pesar como muchas personas se suicidan.
vemos a cada día una tormenta que amenaza a miles y miles de creyentes, estas olas son muy pero muy peligrosas, ¿saben a que me refiero?, son las innumerables olas de la “tentación” de la carne, tentación del placer, apego por lo prohibido. estas olas cada día hacen naufragar a miles de creyentes, las olas del placer sexual, hace que miles y miles de fieles caigan en el adulterio, en la fornicaciòn, en el homosexualismo, esta ola del placer de la carne hoy por hoy tiene hundidos en el fondo del mar y del abismo a muchos hijos de Dios.
En resumen mis queridos hermanos, los problemas, dificultades, sufrimientos, enfermedades y tentaciones, aparecerán cuando menos nos lo imaginemos, en el momento mas inoportuno e inesperado llegará así como nos narra el evangelio que leímos en San Mateo 8,23-26.
Las tormentas desfilaran por doquier en su vida, habrá tormentas para el lunes, el martes, el miércoles, jueves y para todos los días de la semana y para todo el año. Pero ante todo esto lo principal, lo primordial, el ancla que no debe faltar en su barca tiene que ser Jesús. Si lo Tenemos en nuestra vida, si lo llevamos en nuestro corazón, las tormentas y olas de la adversidad no podrán hundirnos, Con Jesús en nuestra barca no hay tormenta que perdure por siempre.
Si en estos momentos estas pasando por tormentas que crees que acabaran con tu vida, si piensas que ya no hay solución a tus problemas, dificultades y tentaciones, te propongo que Invites a Jesús a tu barca, a tu vida. Déjalo entrar, entrégale el control de tu existencia, deja que Él sea el capitán de tu barco. Con Jesús no te hundirás, Te invito a que ores junto conmigo.
Oración.
Señor Jesús, estoy en estos momentos pasando por muchos problemas y dificultades. Hay muchas tormentas en mi vida, tormentas de dolor, sufrimiento, traición, hay tentaciones y vicios que hacen que mi vida se vaya a pique y se hunda. Señor Jesús no puedo mas, ya no tengo fuerzas, reconozco mi fragilidad y debilidad, por eso Señor hoy recurro a Ti, me acerco a ti Señor. Deseo de todo corazón que vengas a mi vida Jesús. Ven creo firmemente en que contigo en mi vida, todas las tormentas desaparecerán, Confió en que a tu lado Señor, las olas de la vida no me hundirán, por el contrario, a todo puedo hacerle frente, Gracias a Ti Señor que me Fortaleces para ir de PRUEBA en PRUEBA, VICTORIA tras VICTORIA. Gloria a ti Señor, Alabado seas Jesús.
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