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DESCANSA EN PAZ

Salmo 4,9 “En Paz me acuesto, y en seguida me duermo, pues  sólo tú  Yahvé me haces vivir tranquilo”

La paz, la tranquilidad, son palabras que muchos quisiéramos experimentar,  algunos quieren descansar, buscan de una y mil maneras como conciliar el sueño. El viejo truco de contar ovejas ya no da resultado  pues cuentan  ovejas y mas ovejas,  se quedan sin ellas y el sueño no llega.¿Cuándo fue el último día que usted durmió tranquilo? , ¿Cuándo fue la última vez que el hombre durmió tranquilo?

Todos conocemos la historia de la creación,  Dios creo al primer hombre,  del polvo del suelo (Gn 2,7) Lo vio Dios  y pensó:-  no es bueno que el hombre esté solo y  creo a la mujer. Para ello hizo caer  al hombre en un profundo sueño, le quitó una costilla, y de ésta, Dios formó una mujer. La llevo ante el hombre, quien alegre y feliz exclamó: “Esta si que es de mi propia carne y de mis propios huesos” 

Volviendo al tema de la tranquilidad,¿ usted sabe qué  dijo Dios  al oído de Adán antes de hacerlo dormir? Dicen por ahí, Que suavemente le susurró: “Duerme tranquilo hijo mío. Duerme en paz  ¡Esta es la última vez que lo harás!  Es la última vez que dormirás tranquilo”. La tranquilidad del hombre y la mujer se acabaron por la desobediencia a Dios.  El pecado de Adán y Eva, causó muchas pero muchas noches de insomnio, pensando y pensando en todo lo que habían perdido.

De Adán hasta nuestros días, distan muchos pero muchos años, pero  de igual manera perdemos la paz, y la tranquilidad por la desobediencia, por vivir según nuestros criterios, a nuestra manera, sin esperanza y sin Dios (Ef., 2,12b)
En estos años, en este tiempo vivimos llenos de temor, tenemos miedo de todo lo que sucede  en el país.¿Qué pasará el día de mañana? ¿Cuántos robos? ¿Visitarán mi casa los ladrones esta noche?  ¿Cuántos asesinatos y violencia  habrá en la ciudad el día de hoy? Son preguntas sin respuestas que nos quitan el sueño. Todo el acontecer diario, las noticias malas, llenas de violencia, están predestinas  a  quitarnos el sueño, la paz y la tranquilidad.  

Pero, existe un pero, Usted y yo no hemos recibido un espíritu de esclavitud que nos lleva a tener otra vez miedo (Romanos 8,15). El espíritu que nos hace Hijos de Dios, viene en nuestro auxilio y nos hace exclamar ante los acontecimientos actuales:” Si Dios está a nuestro favor nadie podrá estar contra nosotros” (Romanos 8,31) El Espíritu de Dios nos trae paz,  tranquilidad y nos hace decir:-“En Paz me acuesto, y en seguida me duermo, pues el Señor, me haces vivir tranquilo” (Salmo 4,9)“El Señor es mi Luz y mi salvación, ¿de quien podré tener miedo?” (Salmo 27,1)
Al escuchar esto usted dudando dirá: ¿será, que es así?  Esas son sólo palabras y más palabras.

El hermano Valiente un día se encuentra con su amigo que se llamaba “Temeroso” el cual le pregunta:
-¿Sabes que fecha es hoy hermano Valiente?
-Si  hermano Temeroso, hoy es 7 de Septiembre del año 2.007,¿Por qué me haces esa pregunta Temeroso?
A lo que Temeroso responde:- lo que pasa es que hoy exactamente desde hace un año, mi Tío, de nombre “Intranquilo”, descansa en Paz y tranquilo.


 El hermano Valiente dice a su amigo:- ¡siento mucho  la muerte de tu tío!.
Y el hermano Temeroso sonriendo responde:-¡No!  Si la que murió fue mi tía, por eso es que te digo que desde hace un año ahora mi Tío, duerme en Paz, feliz y tranquilo.

Queridos hermanos: Nosotros para dormir en Paz, tranquilos y felices, no tenemos que esperar a que se mueran todas las personas que nos causaron o hicieron algún daño,  los ladrones, los malos, los asesinos, los enemigos de la  Paz. ¡Noooo!. Usted y yo podemos dormir en Paz,  estar tranquilos, vivir alegres gracias a la esperanza que tenemos (Romanos 12,12)
Esa  esperanza se llama ¡Jesucristo! El Hijo de Dios que derrotó todos los obstáculo, Jesucristo el vencedor, Jesucristo el Señor, Heredero de todas las cosas (Hebreos 1,2b).Jesucristo es nuestra esperanza y esta esperanza nos anima. Todos los días podemos Dormir Tranquilos y decir:
“En Paz me acuesto, y en seguida me duermo, pues el, Señor, me hace vivir tranquilo”
(Salmo 4,9) Amen.


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