Así que no debemos cansarnos de hacer el bien, porque si no nos desanimamos, a su debido tiempo cosecharemos. Por eso, siempre que podamos hagamos bien a todos, y especialmente a nuestros hermanos en la fe. (Gálatas 5,9-10)
En clase de catecismo el Sacerdote les enseñaba diciendo:
-Recuerden niños, uno está en este mundo para ayudar a los demás.
Uno de los niños confundido pregunta:
Padrecito tengo una duda al respecto ¿y para qué están los demás?...
Si usted dedica su vida, su tiempo, su dinero para ayudar a los demás, al conocer que muchas personas ni siquiera le dicen gracias, otras tantas son indiferentes, usted puede caer en la terrible tentación de preguntarse como el niño ¿y para qué están los demás? Esto hace que muchas personas dejen de hacer el bien, dejan de ayudar al prójimo.
Ante la indiferencia de los demás por unirse a nuestra lucha de hacer el bien, no tenemos que cansarnos, de ninguna manera debemos dejar de hacer el bien porque si no nos desanimamos a su debido tiempo cosecharemos. (Gálatas 5,9)
Acuérdense de esto: El que siembra poco, poco cosecha, el que siembra mucho, mucho cosecha (2da Corintios 9,6)
Mi experiencia en estos años de hacer el bien me ha llevado a experimentar y vivir las palabras de Cristo: “Hay mayor felicidad en dar que en recibir” (Hechos 20,35)
Un día Gustavo, aconsejaba a su hijo Tavito de cinco años, reiterándole varias veces: “hay mayor dicha en dar antes que recibir”.
- No te olvides hijo mío “es mejor dar que recibir” le recordaba a su pequeño hijo.
Terminados los consejos para Tavito, sale al parque a jugar con sus amiguitos, uno de ellos empieza a molestarlo, y terminan peleando. Al escuchar el alboroto del combate infantil, Gustavo corre y detiene la pelea. Ya en casa Gustavo reprende a su hijo por la pelea con su amiguito. Entonces el niño con la inocencia de la edad y apuntando con el dedo a su papa le dice:
-Tu tienes la culpa papa, tú me dijiste que es “MEJOR DAR QUE RECIBIR”…
Nunca olvidemos hermanos que hay mayor dicha en dar antes que recibir, por eso sigamos haciendo el bien, continuemos dedicando tiempo y dinero en el Reino de Dios, continúenos sembrando en la vida de los demás, sigamos ayudando a los demás.
Oración: Padre bueno, hoy queremos pedirte que renueves en nosotros el don de la generosidad, regálanos Señor la gracia de poder seguir adelante invirtiendo tiempo y dinero para hacer el bien, queremos seguir ayudando a los demás sin desanimarnos. Te pedimos por todos los que se han privado de mucho, por hacer el bien, que ellos puedan vivir y experimentar lo que tú nos enseñaste: Hay mayor felicidad en dar que en recibir” Amen.
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