D-A-R

2da Corintios 9,6-7  “Acuérdense de esto: El que siembra poco, poco cosecha; el que siembra mucho, mucho cosecha. Cada uno debe dar según lo que haya decidido  en su corazón, y no de mala gana  o a la fuerza, porque Dios ama al QUE DA CON ALEGRÍA”.

Hay una palabra sencilla, corta, consta de tres letras que unidas desatan una cadena de gracia interminable,  sabes a que palabra me refiero,  a la palabra que la mayoría cuando nos toca a la puerta,  esquivamos su llamado,  nos hacemos como que no escuchamos, bueno, para no darle vueltas al asunto, esta sencilla palabra pero al mismo tiempo interminable  se llama  DAR,   ¿ qué es eso? Quizás se preguntará usted? Pues para aclararle  mejor la figura, le puedo decir que DAR significa  Donar o entregar algo voluntariamente.

La mayoría de nosotros cambiamos la palabra corta y sencilla que significa DAR, por otra palabra más larga  que se llama RECIBIR. Nos gusta recibir, desde regalos materiales hasta regalos verbales como son los elogios y halagos.  El vivir acostumbrados a recibir, nos hace egoístas,  y nos alejamos de la mayor alegría del mundo, pues DAR, produce la felicidad mas grande del universo,   el mismo Señor Jesús nos lo enseñó, cuando “HAY MAYOR ALEGRÍA EN DAR QUE EN RECIBIR”.

Estaban dos amigos dialogando acerca del dar dinero para el Reino de Dios, y uno le comentaba al otro:
El domingo en la misa el sacerdote toco un tema muy delicado que es el de dar limosna en la iglesia, para poder mantener los gastos del templo, y ayudar a los pobres que no tienen el sustento diario.
 Tacañin era el nombre de uno de ellos, que responde de la siguiente manera:
- Así  son los sacerdotes,  quieren que vamos a la iglesia para sacarnos los quintos que tenemos en el bolsillo, ya quisieran ellos sacarnos hasta billetes  de 10, no se conforman con nuestra monedas. - Oye y tu- replica Tacañin  no me digas que aportas buenas limosnas  el domingo en la misa, - ¿cuánto das?

Desprendido, era el nombre de nuestro amigo que daba en la misa buenas limosnas, le dice a su amigo Tacañín:
-¡Qué cuánto doy de limosna?, eso no se debe decir ni hacer publico, pero ya que la ocasión  lo requiere para tu buena información quiero asegurarte que en este útimo tiempo he aprendido a ser desprendido, como mi nombre lo indica, y he aprendido a DAR e invertir en el Reino de Dios,  ya que todos los domingos DOY de limosna 50 bolivianos ( 6 dólares).-¿  y tu amigo Tacañín,  cuánto das de limosna para la iglesia y para los pobres?
Tacañin responde:
Como yo no voy a la iglesia,  yo le doy directamente a Dios,  yo también le doy 50 Bolivianos cada semana pero lo hago en monedas de a 1 Boliviano,
-¡Que Bien!- dice el amigo Desprendido, -¿y cómo es eso de que tú le das directamente a Dios?
Tacañín  contesta:
-Yo agarro las 50 monedas y se las lanzo para arriba hacia el cielo, pero antes de hacerlo hago la siguiente oración: Señor  aquí tienes mi limosna de la semana,  son 50 Bolivianos, 50 monedas que te las entrego para ti,   agarra todo lo que necesites para dar a los pobres y si te sobra algo me lo devuelves.  Así, agarro con toda la fuerza que da el comer pollo todos los días y lanzo las monedas para arriba…
 Desprendido asombrado por singular ofrenda queda atónito pero luego reacciona y dice a Tacañí: - ¿oye amigo y dime que pasa con las monedas, las agarra Dios?
-Tacañin, dice con una sonrisa de oreja a oreja,  ¡No! Dios parece que no necesita de mi dinero, pues todas las monedas que lanzo para arriba  me las devuelve. ¿Qué te parece? ¡Picarísimo! Nuestro amigo Tacañin.

Parece que Dios no necesita de mis bienes y como es dueño de todo, ¡para que puede necesitar mi dinero!, decimos a menudo,  eso de DAR, es invento de los “sacerdotes”,  como no trabajan, ellos necesitan de nuestro dinero.

En realidad Dios es dueño de todo, y no necesita de nuestras limosnas, el quiere que nosotros aprendamos a DAR, para que vivamos y experimentemos la alegría y felicidad que conlleva el ser generoso, dadivoso, y desprendido con los bienes que  sólo son pasajeros y “prestados”. Mientras tengamos vida aprendamos a ser generosos con  lo que poseemos, ayudemos dando buenas limosnas en la iglesia, colaboremos con el reino de Dios dando  lo que no usamos al  pobre y necesitado.

Si decimos ser hijos de Dios,  aprendamos de Él  que dio, y entregó a su único hijo, lo entregó para que nosotros tengamos  VIDA EN ABUNDANCIA  y esta vida  la vamos a empezar a experimentar desde el momento en que nosotros hagamos realidad, aquel dicho : “DE TAL PALO TAL ASTILLA” . Si Dios es generoso,  por herencia debemos ser desprendidos y aprender a DAR.
 No te olvides del pasaje Bíblico que leímos al comienzo de esta reflexión:
“DIOS AMA AL QUE DA CON ALEGRÍA”


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