UNA VISITA PERMANENTE

-¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. El templo de Dios es sagrado y ese templo son ustedes. (1ra Corintios 3,16-17)

En el festival de Inasawa, en Japón, miembros del Shintoismo, eligen a una persona que se convertirá según sus creencias en “Hombre Espíritu”  el elegido será “Dios por un día”, el objetivo de esta elección, es hacer que el “Dios Espíritu” se desplace por encima de más de 10000 personas aglomeradas a lo largo de más de trescientos metros .  En el recorrido  los concurrentes intentan tocar al  que denominan “Dios por un día” (en el recorrido el elegido tiene que nadar  sobre los miles de brazos que intentan tocarlo hasta llegar al final) los Shintoistas  creen que el tocarlo les traerá un año de buena suerte,  creen  que  el tocar al Dios Espíritu alejaran las enfermedades,  en fin el objetivo es tocarlo para liberarse de los malos espíritus.   De las 10000 personas que asisten a este culto solo un porcentaje menor a la mitad logran tocarlo. Funio  Uno de los asistentes a este culto, desde su niñez  intentaba tocar al “Dios espíritu”, ya llevaba 42años intentando tocarlo para alcanzar la buena suerte sin tener éxito. Pero en su intento 43 cuando creía que se iba a repetir su desdicha,  unos cuantos metros antes de que el hombre espíritu termine su recorrido ¡Lo logro! ¡Por fin! Después de 43 años Funio cumplió su objetivo Tocar al “Dios espíritu” para tener “buena suerte”. 
Este culto  lo realizan una vez al año, porque ellos creen que solo una vez al año “Dios” se hace presente entre ellos por medio del “Hombre Espíritu”.
Cuando me entere de este culto quede impresionado, la emoción invadió mi ser,  una lagrima tras otra fueron cayendo por mis pupilas,  ¡Llore!  ¿Sabe por qué?   Porque me di cuenta la inmensa  riqueza espiritual que tenemos los Cristianos.  Llore de emoción  por que nosotros los cristianos no tenemos que esperar  solo  un día al año para tener la presencia divina, nosotros tenemos la inmensa dicha de contar con la presencia de Dios todos los Días, tenemos el honor  de ser templos de Dios  y que Dios viva en nosotros  -¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?  (1ra Corintios 3,16) El Espíritu habita en nosotros porque Cristo no nos dejo huérfanos (Jn 14,18).  
 Quizás se pregunte  ¿Templo de Dios yo?  Si lo hubiera sabido antes, no hubiese  llenado este con tantas cosas ajenas a Dios,   no hubiera llenado mi vida de pecado, de haberlo sabido antes no hubiese llenado el templo de Dios, con otros dioses.
Usted puede en este día, limpiar el templo de Dios, ¿Cómo?  Simplemente  amando a Dios y obedeciendo su palabra, si usted lo hace  Dios  y su hijo Jesucristo  y El Espíritu Santo vendrán a vivir con usted (Jn 14,23)  usted puede, usted   debe aprovechar este tiempo de gracia y misericordia.  Si no aprovechamos  este tiempo de gracia,  me atrevo a creer que en el día del juicio, los shintoistas, los que creen que Dios los visita solo un día al año,  estos se levantaran en contra nuestra diciendo: “ Amado Dios, nosotros creíamos que tu solo una vez al año nos visitabas,  pero este día lo aprovechamos al máximo, ese día que nosotros creíamos que nos visitabas nos esforzábamos por tocarte según nuestra creencia, sin embargo los Cristianos, que tenían el privilegio, ellos que contaban con un “Dios permanente” todos los días de su vida,  ni siquiera se daban cuenta de ellos, hacían el mínimo esfuerzo por recibirte, eran indiferentes. Eran apáticos, eran reacios a creer, desaprovecharon tanta presencia Divina…”

Los cristianos tenemos que repetir todos los días:
“Yo soy Templo de Dios”,
“El es templo de Dios”,
-“Ellos son templo de Dios”,
“Nosotros somos templos de Dios”,
  Por tanto vivamos con esta certeza, alegrémonos por ello, y más que alegrarnos  honremos  con buenas acciones a Dios,  Amemos a Dios con todo el corazón,  entréguemos  nuestra vida  a Cristo, reconocer  a Cristo como el Señor y Rey de nuestra vida, nos permite tener  a Dios, tener el  Espíritu Santo, todos los días de nuestra vida, hasta la Eternidad. 
Amen



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