No vivan ya según
los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar
para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios,
es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.(Romanos
12,2)
¿Tú me quieres?
Pregunta la enamorada novia
Al instante el novio responde: ¡Si te quiero! Y luego continúa:
-Mi amor, no
desayuno pensando en ti,
-No almuerzo
pensando en ti,
-No ceno
pensando en ti,
-Y no duermo en toda la noche
¿Pensando en mí? pregunta emocionada la novia
El novio sonriendo dice: “No, de hambre…”
Hambre es
sinónimo de: apetito, ansias, ganas, deseos
Si nuestros
pensamientos están enfocados en algo específico, esto producirá que
tengamos apetito o deseos por satisfacer ese pensamiento
-Si pensamos en
la pobreza que existe en el mundo, lo lógico sería que tengamos ansia de hacer
algo para combatirla
-Si nuestros
pensamientos están enfocados en el Señor, tendremos ansias y deseos por buscar
su presencia, nos daría anhelo por amarlo con todo el corazón.
-El pensar en los
enfermos, provocara que nos de apetito para orar por ellos.
-Al pensar en los
que están frustrados y desmotivados, nos dará una avidez por darles una palabra
de esperanza, tendremos ansias de motivarlos
-Si pensamos en
los que están deprimidos, en los que sufren nostalgia y tristeza, nos dará
hambre de ayudarlos llevándoles buenas noticias.
-Pensando en los pecadores,
en los que viven creyendo que sus pecados no tienen perdón, nos tendría que dar
anhelo y apetito por invitarlos a que se arrepientan, y a decirles que no hay
pecado que no sea perdonado por nuestro amado Dios.
En fin mis
amigos si cambias tu manera de pensar podrás
cambiar tu manera de vivir y podrás conocer la voluntad de Dios.
“Dime cuáles son
tus pensamientos y te diré que tipo de deseo tendrás”
Y como dijo el
novio enamorado no podrás dormir tranquilo por el anhelo y hambre de satisfacer
tus pensamientos…Amen
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