Una había enviudado hacía ya casi un año
y todavía lloraba amargamente ante la tumba de su marido.
La otra
llevaba recién 30 días de luto pero sin
embargo cantaba sonreía y estaba demasiado feliz.
Se
acerca llorando la viuda de un año y pregunta:
¿Por qué
esta tan feliz? Yo hace ya un año que he perdido a mi esposo y aun no lo puedo
olvidar y Ud. ¿Cómo le hace para estar tan feliz? ¿Cuánto tiempo estuvo casada?
Sonriendo
Lidubina responde:
-Sabe
que yo estuve casada por 25 años con mi esposo, y en mucho días de esos años
nunca sabía dónde estaba por que se quedaba a dormir en otro lado, ahora estoy contenta, porque se dónde está mi difunto marido, ahora sí sé
que de aquí no se va a ir a ningún lado…
¿Dónde está? Es una pregunta que a lo largo de nuestra
vida nos hacemos con frecuencia. Y esta
interrogante ¿Dónde está? Se refiere a nuestra pareja, se refiere también a
nuestros hijos y familiaes. Esta
pregunta por lo general viene acompañada de nostalgia, dolor, llanto
por que al desconocer el paradero de nuestra pareja o de nuestros hijos,
en el transcurso de la vida derramamos muchas lágrimas.
Después
de unos años en algunas personas hasta más de 80 en otras incluso no pasan de
30 años, por diversas circunstancias
tendrán que morir. Y es ahí después de
la muerte cuando esta interrogante ¿Dónde ESTARA? Cobra más valor que antes.
Después
de la muerte ¿Dónde estará usted…?
Hay dos
posibles lugares en los que tendremos que pasar la eternidad:
El
CIELO o el INFIERNO.
En la
tierra decidimos donde iremos después de
morir.
Los buenos,
los que amaron a Dios y al prójimo, los que vivieron según la voluntad de Dios,
irán al cielo, sus nombres estarán inscritos en el libro de la vida.
Los que
vivieron con odios, iras envidias, los que se dedicaron a los vicios y
placeres, los que hicieron del dinero un dios,
y más aun los que rechazaron el amor y la misericordia de Dios,
lamentablemente irán a lugar de tormento y sufrimiento eterno.
Nuevamente
formulemos la pregunta pero esta vez para nosotros:
¿Dónde
queremos estar después de nuestra muerte?
La
respuesta con nuestras acciones buenas o malas determinara el lugar en el cual
pasaremos la eternidad…
“Luego
vi un gran trono blanco, y al que estaba sentado sobre él. El cielo y la tierra
huyeron de su presencia sin dejar rastro.
Y vi a
los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; fueron abiertos unos
libros, y luego se abrió otro libro, que es el de la vida; y los muertos fueron
juzgados según lo escrito en los libros, conforme a sus obras.
Y el mar devolvió los muertos que guardaba, la
Muerte y el Hades devolvieron los muertos que guardaban, y cada uno fue juzgado
según sus obras.
La Muerte y el Hades fueron arrojados al lago
de fuego - este lago de fuego es la muerte segunda -
Y el que no se halló inscrito en el libro de
la vida fue arrojado al lago de fuego”. (Apocalipsis 20,11-15)
Miren qué amor nos ha tenido el Padre para
llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos! El mundo no nos conoce porque no lo
conoció a él. Queridos, ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo
que seremos. Sabemos que, cuando se manifieste, seremos semejantes a él, porque
le veremos tal cual es.
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