Lidubino se encontraba muy enfermo, tendido en una de las
camas del hospital, sin querer queriendo logra escuchar las últimas palabras
que la enfermera y el doctor decían a unos 3 metros distantes de su cama. Al poco tiempo sale el doctor y quedando solo
con la enfermera más rápido que tarde le dice:
-“Sin querer queriendo” escuche decir al doctor que decía: “No
durara mucho”, y con la voz angustiada y temerosa se anima a preguntar
a la enfermera: ¿se refería a mí?
Ante esta inesperada pregunta, la enfermera se apresura a
responder con un rotundo: ¡No! Lidubino no se refería a Ud.
-Lidubino entonces
aliviado dice: ¡Que alivio! Yo pensé que se referían a mí.
Entonces la enfermera prosigue diciendo: cuando el doctor
comentaba “no durará mucho” se refería al ataúd que sus familiares ya le
compraron…
No duraremos mucho en esta tierra, la mayoría no vamos a
pasar al próximo siglo con vida.
Algunos no llegaran a
la próxima navidad
Hay quienes no llegaran al próximo mundial de futbol
Hay millones que no pasaran del año 2050
Ante la mala noticia de la muerte, hay una buena noticia,
Jesucristo murió por todos nosotros,
Cristo murió para que independientemente
de que nuestro ataúd dure o no dure mucho, nuestra alma viva no solo 100 años,
Cristo murió para que podamos durar mucho muchísimo, Cristo murió para darnos vida y VIDA ETERNA.
Le dijo Jesús: «Yo soy la
resurrección (y la vida). El que cree en mí, aunque muera, vivirá.
El que vive, el que cree en mí, no morirá para
siempre. ¿Crees esto?» (Juan 11,25-26)
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