Después de pasar por una herrería, un niño dice a su papa:
-Cuando sea grande voy a ser herrero.
-¿Por qué? Pregunta el padre sorprendido.
-Voy a ser herrero, porque “errar es humano”…
“Errar es humano”, cuánta razón hay en esta frase:
¿Quién a lo largo de su vida no ha errado?
Quien se atreve a decir: ¿nunca he fallado? ¿Nunca me he equivocado?
Quien les escribe, también se ha equivocado. A lo largo de mi vida muchas veces me deje seducir por la tentación del pecado. Los que han fallado, los que se han equivocado me entienden a lo que me refiero, los que fallamos y pecamos conocemos las consecuencias de nuestros errores.
Cuando pecas, cuando te equivocas los que te rodean y conocen en su mayoría extenderán el dedo para señalarte. El dedo índice de los demás esta siempre indicando y señalando al culpable. Pero de todos los dedos que nos condenan, existe uno que no actúa de esta manera, el dedo de Dios, el índice del padre misericordioso esta siempre señalando el camino a seguir. En nuestro pecado, en nuestros errores y fallas Dios siempre está señalando con su dedo: “Jesucristo es tu abogado” “Jesucristo es tu defensor” “Jesucristo es la victima que carga con tus pecados y errores” (1ra Juan 2,1-2)
Probablemente estés cargando con el peso de muchos ojos que te acusan. En este momento los dedos índices te señalan como culpable. Ante esta escena no desfallezcas, no cargues con el peso de tus equivocaciones, no cargues con el peso del pecado. Arrepiéntete, confiesa tus pecados. Dios es rico en amor y misericordia, deposita las toneladas de pecados, entrega los miles de pecados que llevas en la espalda de tu vida, deposítalos en la Cruz. Jesucristo murió para eso, para que tú puedas vivir la vida sin esta carga tortuosa y tormentosa.
“Errar es humano” pero “Perdonar es Divino”.
Oración: Padre misericordioso, mis fallas y errores me atormentan. Mis pecados son tan pesados, estos me impiden caminar por el sendero del bien, no puedo seguir el camino de la verdad y la vida. Por eso en este momento doblo rodillas, me arrepiento de todos mis pecados, pido perdón Señor, dejo todos mis pecados en la Cruz, Creo que la sangre de Jesucristo crucificado, limpia y purifica mi alma. En este momento acepto a Cristo como mi abogado y defensor. Hoy por fe creo que Jesucristo es la victima que destruye en la cruz mis pecados y los del mundo entero. ¡Gloria a Él!
Amen
-Cuando sea grande voy a ser herrero.
-¿Por qué? Pregunta el padre sorprendido.
-Voy a ser herrero, porque “errar es humano”…
“Errar es humano”, cuánta razón hay en esta frase:
¿Quién a lo largo de su vida no ha errado?
Quien se atreve a decir: ¿nunca he fallado? ¿Nunca me he equivocado?
Quien les escribe, también se ha equivocado. A lo largo de mi vida muchas veces me deje seducir por la tentación del pecado. Los que han fallado, los que se han equivocado me entienden a lo que me refiero, los que fallamos y pecamos conocemos las consecuencias de nuestros errores.
Cuando pecas, cuando te equivocas los que te rodean y conocen en su mayoría extenderán el dedo para señalarte. El dedo índice de los demás esta siempre indicando y señalando al culpable. Pero de todos los dedos que nos condenan, existe uno que no actúa de esta manera, el dedo de Dios, el índice del padre misericordioso esta siempre señalando el camino a seguir. En nuestro pecado, en nuestros errores y fallas Dios siempre está señalando con su dedo: “Jesucristo es tu abogado” “Jesucristo es tu defensor” “Jesucristo es la victima que carga con tus pecados y errores” (1ra Juan 2,1-2)
Probablemente estés cargando con el peso de muchos ojos que te acusan. En este momento los dedos índices te señalan como culpable. Ante esta escena no desfallezcas, no cargues con el peso de tus equivocaciones, no cargues con el peso del pecado. Arrepiéntete, confiesa tus pecados. Dios es rico en amor y misericordia, deposita las toneladas de pecados, entrega los miles de pecados que llevas en la espalda de tu vida, deposítalos en la Cruz. Jesucristo murió para eso, para que tú puedas vivir la vida sin esta carga tortuosa y tormentosa.
“Errar es humano” pero “Perdonar es Divino”.
Oración: Padre misericordioso, mis fallas y errores me atormentan. Mis pecados son tan pesados, estos me impiden caminar por el sendero del bien, no puedo seguir el camino de la verdad y la vida. Por eso en este momento doblo rodillas, me arrepiento de todos mis pecados, pido perdón Señor, dejo todos mis pecados en la Cruz, Creo que la sangre de Jesucristo crucificado, limpia y purifica mi alma. En este momento acepto a Cristo como mi abogado y defensor. Hoy por fe creo que Jesucristo es la victima que destruye en la cruz mis pecados y los del mundo entero. ¡Gloria a Él!
Amen
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