Génesis 3,8-9 “El hombre y su mujer escucharon que Dios el Señor andaba por el jardín a la hora en que sopla el viento de la tarde, y corrieron a esconderse de Él entre los árboles del jardín. Pero Dios el Señor llamó al hombre y le preguntó: ¿Dónde estás? Adán y Eva habían desobedecido a Dios, y por eso al escuchar que Dios se acercaba se esconden... Es entonces que Dios hace la primera pregunta al hombre y le dice: ¿Dónde estas? En esta pregunta se ve reflejada y resumida la vida del hombre.
Podríamos resumir esta vida en tres etapas:
1º.- ¿Dónde esta? Es la pregunta que una madre de familia hace con frecuencia, cuando observa el reloj y se da cuenta de que ya son las 12 de la noche, ¿ Dónde estará mi hijo? Dice una madre de un joven de 17 años que no ha llegado a casa porque anda “disfrutando” de la vida nocturna, con los amigos, con el alcohol.
Miles y miles de jóvenes en la actualidad no llegan a su casa por que la oscuridad de la noche, las tinieblas, el vicio de las drogas, el placer, el desenfreno carnal, los han atrapado y desviado en su camino de retorno a casa. Y todas las noches se escucha el clamor de otras miles de madres desesperadas que preocupadas lloran preguntándose: ¿Dónde esta mi hijo?
¿Dónde esta? Es también la pregunta que una esposa se hace todas las noches cuando recostada en su dormitorio mira también el reloj y ya pasaron las 3 de la madrugada, y el esposo aún no ha llegado. Aquel hombre con el que hace varios años atrás contrajo matrimonio, el hombre ideal, el príncipe azul, el hombre que le endulzaba los oídos con palabras de amor y ternura, su amado esposo hoy se ha convertido en el dolor mas grande de cabeza que en la vida jamás se imagino. No ha llegado por que quizás se ha quedado con los amigos o algún local nocturno lo ha atrapado, quizás alguna mala compañía lo ha desviado de su camino al hogar. Muchas esposas también se preguntan:- ¿Dónde está mi marido? Qué estará haciendo, con quién estará en estos momentos… y así transcurre la vida de miles de mujeres
3º.- ¿Dónde Está? Se preguntan por aquel joven que según sus amigos, disfruto de la vida, y que luego cuando se casó logró conocer todos los secretos de la vida nocturna, aquel hombre que había sido la causa de muchas lagrimas derramadas primero por sus familiares y luego por su esposa e hijos, ahora se encuentra inerte, tendido, muerto dentro de un ataúd.
Alguno de sus amigos o algún familiar que Cree en Dios, y que conoció la vida del difunto ahora consternado y preocupado se pregunta: ¿Dónde estará el difunto? ¿Estará en el cielo, estará en el infierno? ¿Donde está? Es la pregunta que encierra toda una vida.
Tenemos un desafió, vivir todos los días de acuerdo a la voluntad de Dios, Vivir cada día de nuestra existencia buscándolo y sobre todo Amándolo por sobre todas las cosas, con todo el corazón, la mente y el alma.
Sólo así cuando llegue el momento y este cuerpo carnal expire, cuando estemos tendidos y dentro de un ataúd, Cuando en nuestro velatorio, algún familiar o amigo pregunte: ¿dónde estará el difunto, donde estará el muertito?
Usted desde lo alto, desde allá del cielo pueda gritar y decir alegre feliz y con fuerte voz: -¡ESTOY EN EL CIELO, ESTOY EN EL PARAISO! Estoy disfrutando de la vida eterna, junto a San Pedro, San Juan, y todos los apóstoles, y siervos y siervas del Señor. Estoy con nuestra madre la Virgen María, y sobre todo lo más importante es que estoy con mi Señor, estoy con Jesucristo, el dueño y Señor del Universo. Gloria a Él.
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