Juan 6,35 Jesús les dijo: “Yo soy el pan de
vida, El que viene a mí nunca tendrá hambre y el que cree en mí nunca tendrá
sed”
Hay dos contrastes bien marcados en el mundo: aproximadamente 800
millones de personas se acuestan sin comer todos los días, y por otra parte
millones de toneladas de alimentos se botan todos los días.
En la vida espiritual sucede también lo mismo
millones se echan a dormir con hambre, Cuando uno pasa por problemas tiene
hambre, cuando se está sufriendo uno tiene hambre de una palabra de alivio y
esperanza, cuando se está pasando por la noche oscura del amor uno tiene hambre
de alimentarse con el verdadero amor. Por otra parte hay los que no
quieren alimentarse, tanta comida espiritual que se nos ofrece todos los días y
esta no es recibida…
Hay también los que por el hambre se engordaron y
hoy están siguiendo la dieta de las lagrimas…
Puedes ver la predicación completa en el siguiente
enlace…
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