La niña Carlita se alistaba para ir a la feria y al parque
de diversiones acompañado de su papa, su mama no podía acompañarlos porque
estaba delicada de salud. Al momento de salir de su casa la madre aconseja a su
pequeña:
“Cuando estés en el
parque recuerda que hay mucha gente, por ello te vas a agarrar con firmeza de
la mano de tu papa. No te olvides al llegar te aferras a la mano de tu papa”
La niña sonriendo le dice: “No te preocupes mama, mi papa ya está
muy grande para que se pierda, si no le
agarro su mano yo creo que esta grandecito para que se pierda”
Cuando llegamos al mundo, cuando comenzamos a caminar por la
vida se nos da la advertencia de no soltarnos de la mano de nuestro
creador, somos demasiado frágiles, somos
vulnerables a la tentación, somos tan propensos a pecar que la advertencia de
nuestro Señor siempre será: “No te sueltes de mi mano” “No te alejes de mi” de hacerlo te perderás
por lugares de tinieblas y muerte, es la advertencia constante de nuestro
creador. Pero muchos reaccionamos como
la niña. Nos creemos los niños grandes, creemos que el tener dinero, el tener
una casa, el tener una profesión, el tener
todo lo material para sobrevivir nos hace grandes y que ya no
necesitamos de la ayuda de nadie, menos aún la de Dios. En la feria de la vida, muchas son las
atracciones, muchos son los dulces y caramelos que el mundo nos ofrece a cambio
de soltarnos y alejarnos de Dios.
“Hay
caminos que parecen derechos, pero al final de ellos está la muerte”
(Proverbios 16,25)
Vivir a nuestra
manera, caminar lejos de la mano de Dios
nos llevara por caminos que conducen a la muerte.
En la vida no debemos tomar más que un solo camino, tenemos
que agarrarnos con firmeza de aquel que dijo: “Yo soy el camino”
Jesucristo quiere tomarnos de la mano, Él
sabe que somos ovejas descarriadas, ovejas que van sin rumbo, por
ello el quiere ser nuestro buen pastor, y como buen pastor el da la vida por
sus ovejas (Juan 10,11)
Si quieres evitar dolores y sufrimientos inútiles, agárrate
de la mano de Cristo
Si estas sufriendo por tus malas decisiones, si sufres por
el pecado, si sufres por vivir tu vida sin Cristo, aun tienes la oportunidad de
agarrarte de su mano.
Oremos pidiendo auxilio y ayuda:
Señor en este día me encuentro perdido, el pecado y mis
errores han provocado que me haya soltado de tu mano, he caído en el pozo
mortal, me encuentro en este momento en el precipicio y oscuridad, vivo mi vida
aquejado y adolorido por mis malas decisiones, Señor hoy pido e imploro tu
misericordia, hoy Señor busco tu mano, hoy Señor quiero aferrarme firmemente de
tu mano, Señor por favor tómame, sácame de donde estoy, toma mi mano Señor, devuélveme
el gozo de la salvación, Señor regálame un canto nuevo, una vida nueva, Señor
gracias por tomarme de la mano, a partir de hoy prometo no soltarme más, quiero
caminar agarrado de ti, por el camino que conduce a la vida eterna.
Amen
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